Bajo Sus alas estamos seguros, confiando cada día en nuestro Señor, nuestro refugio viene de Él. El justo no ha sido desamparado por el Señor, más bien, está protegido por el Señor.
Debemos siempre afirmar que nuestro refugio solo viene de nuestro Dios, en Dios es en quien podemos depositar toda nuestra confianza. Dios, grande y fuerte, que no desamparó a todos aquellos que andaban bajo Sus mandatos, que atravesaron diversas pruebas, pero Dios les ayudó a vencer esas pruebas.
No me seas tú por espanto, pues mi refugio eres tú en el día malo.
Jeremías 17:17
Claramente podemos ver la oración que hace Jeremias delante de Dios, este hombre sabía reconocer que su socorro, su salvación y su liberación, venían solamente del Señor.