El amor de Dios y el sacrificio de Su Hijo nos hizo libres, Su amor cubrió todas nuestras faltas y nuestros pecados fueron perdonados.
Hemos pasado de muerte a vida gracias a Su gran misericordia, porque por medio de este gran sacrificio que hizo por nosotros al venir y entregarse para que así conociéramos el tremendo amor que habita en Él. Recibimos gracia y paz cuando acudimos a Él.
Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte.
1 Juan 3:14
En el versículo anterior podemos ver que el autor menciona el gran amor de Dios, hablando de aquellas promesas, somos hijos de Dios y confiamos en Él, en que un día le veremos, y esta esperanza es la que nos hace permanecer en Sus caminos.
Nos sigue hablando sobre esta nueva vida que hoy podemos apreciar y lo que pronto se estará manifestando, y cómo este hecho cambiará todo.
En la palabra de Dios, que es la Palabra de verdad, encontraremos enseñanzas para llegar al Padre, aprenderemos a amar a nuestros hermanos, y estas enseñanzas son las que nos hacen vivir espiritualmente.
Todo aquel que no está bajo esta cobertura de la Palabra de Dios, está muerto espiritualmente, no ha pasado de muerte a vida, pero si tu vida está yendo por los caminos rectos del Señor, entonces podrás alcanzar a ser hijo de Dios y tu vida será diferente.
Podemos concluir con esto muy importante: Amemos a nuestros hermanos en Cristo, este es el mensaje que hemos escuchado.