El amor al dinero es algo que provoca daños en la vida de las personas, hablando más claro, aquellos cuyo dios es el dinero a tal punto que son capaces de venderle un hijo al enemigo de las almas con tal de tener más y más.
Tener dinero no es malo, el problema estar en amar al dinero, y ese amor al dinero puede llevarte a hacer cosas reprochables, porque solo piensas en tener dinero.
Es bueno tener abundancia de bienes materiales pero debemos recordar que todo es vanidad, pues un día irás a la tumba y nada de este mundo te llevarás. De nada sirve solo trabajar para tener y nunca disfrutarlo. El ser humano mientras más tiene más quiere y es por eso que muchos amasan grandes fortunas y no las disfrutan porque trabajan solamente para tener más.
La Biblia nos aconseja sobre esto, nos advierte que tengamos cuidado, ya que una vez te vuelves muy amante del dinero, entonces se te he difícil poder salir de esta enorme vanidad.
En Eclesiastés la Biblia nos habla sobre el amor al dinero:
El que ama el dinero, no se saciará de dinero; y el que ama el mucho tener, no sacará fruto. También esto es vanidad.
Eclesiastés 5:10
Salomón, escritor de las palabras anteriores, poseía riquezas que crecían de continuo. Pero él sabia que si ponía sus pensamientos solamente en su riqueza, este podría ser consumido y no iba a tener ningún fruto así como ha pasado con muchos.
Así que, hermanos en Cristo Jesus, debemos tener cuidado con esto, no seamos como aquellos que viven acumulando riquezas, amando su riquezas y solo poniendo su corazón en eso, lo cual provocará grandes consecuencias.
Alabemos todos los que solo ponemos nuestras miradas en el Señor, demos gracias a Él y pidamos que nos cubra de toda vanidad que causa grave daños en las vidas de las personas.