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Beneficios de la sabiduría (Parte 2)

Oye, hijo mío, y recibe mis razones, y se te multiplicarán años de vida

Los beneficios de la sabiduría son muy importante en nuestras vidas, procuremos mucho de este beneficio, ya que viene de parte de Dios, y si viene de Dios es porque es bueno y lo necesitamos.

En un artículo anterior habíamos hablado sobre los beneficios de la sabiduría y es por eso que nuevamente queremos hablarte de más beneficios de la sabiduría.

Hay muchas razones por la cual debemos acudir a esta enorme sabiduría que mana del Señor, esta es una gran bendición y debemos aprovecharla al máximo. Sabemos que teniendo sabiduría podemos alcanzar muchas de las metas que tenemos por delante, entender la palabra de Dios y poder apreciar este gran beneficio:

10 Oye, hijo mío, y recibe mis razones, y se te multiplicarán años de vida.
11 Por el camino de la sabiduría te he encaminado, y por veredas derechas te he hecho andar.
12 Cuando anduvieres, no se estrecharán tus pasos, y si corrieres, no tropezarás.
Proverbios 4:10-12

En los versículos anteriores podemos apreciar más beneficios que nos aporta la sabiduría de ellos, y el primero que aparece en el escrito anterior es «se te multiplicarán años de vida». Qué bendición es atender al consejo de la Palabra de Dios y que gracias a ello el Señor nos entregue más años de vida.

El segundo beneficio de la sabiduría que podemos notar en los versículos que acabamos de ver es que podremos caminar por veredas derechas. ¿Qué quiere decir esto? Que nuestro camino será recto, que los pasos a seguir para lograr algo serán claros, precisos y firmes, no andaremos en oscuridad sin saber a dónde llegaremos.

El tercer y último beneficio de los versículos que vimos es que nuestros pasos serán tan seguros que no tropezaremos. ¡Alabado sea Dios por esta magnífica obra de enseñarnos a adquirir sabiduría!

Hermanos, procuremos día a día la sabiduría que viene de lo alto para que seamos bendecidos con estos beneficios de la sabiduría.

La sabiduría no solo nos permite tomar mejores decisiones, sino que también nos guarda de caer en la necedad. El libro de Proverbios nos recuerda constantemente que el sabio oye el consejo, lo atesora y lo pone en práctica, mientras que el necio desprecia la corrección. Por eso, cuando caminamos en sabiduría, evitamos muchos tropiezos que podrían traer dolor a nuestras vidas.

Además, la sabiduría de Dios nos ayuda a vivir con prudencia en un mundo lleno de engaños. Vivimos en tiempos donde abunda la información, pero no toda información es verdadera ni edificante. Aquí es donde la sabiduría divina se convierte en un faro que nos guía para discernir lo bueno de lo malo, lo que agrada a Dios de lo que lo deshonra.

Otro aspecto importante es que la sabiduría nos hace humildes. Una persona sabia no se jacta de su conocimiento, sino que reconoce que todo proviene de Dios. El apóstol Santiago lo expresa claramente cuando dice: “Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada” (Santiago 1:5). Esto nos recuerda que la sabiduría es un regalo que se recibe de lo alto y no fruto del orgullo humano.

Con sabiduría también podemos edificar mejor nuestras familias. Un hogar donde la sabiduría de Dios guía cada paso es un hogar donde reina la paz y la comprensión. La Biblia enseña que la mujer sabia edifica su casa (Proverbios 14:1), y esto también aplica a cada miembro de la familia que decide caminar bajo los principios divinos.

Cuando buscamos sabiduría, nuestras relaciones también son transformadas. Aprendemos a ser más pacientes, a escuchar antes de hablar y a perdonar con mayor facilidad. Estos frutos de la sabiduría nos convierten en instrumentos de bendición para los demás, mostrando el carácter de Cristo en nuestra vida diaria.

Finalmente, debemos recordar que el principio de la sabiduría es el temor de Jehová (Proverbios 9:10). No podemos separar la sabiduría verdadera de nuestra relación con Dios. Mientras más lo reverenciemos, más creceremos en entendimiento, y más firmes serán nuestros pasos.

Conclusión: Amados, no dejemos pasar la oportunidad de buscar la sabiduría divina cada día. Sus beneficios son innumerables: alarga nuestra vida, nos guía por caminos rectos, nos libra de tropiezos, fortalece nuestras familias y nos ayuda a relacionarnos mejor con los demás. Que podamos orar constantemente al Señor para que nos conceda esta sabiduría que viene de lo alto y que es más preciosa que el oro y la plata. Solo así podremos disfrutar plenamente de la vida abundante que Él tiene preparada para nosotros.

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