Gracias a la muerte de nuestro amado Jesús fuimos reconciliados con nuestro Dios. Imagínate, Él siendo rey fue llevado a la cruz hacer crucificado para salvar nuestras vidas.
Seamos entendidos en este camino, sabios en la presencia del Señor, y valoremos este enrome sacrificio que hizo el Padre de enviar a Su hijo a morir por nosotros.
Demos gracias por Su enorme misericordia, pues Él vino y nos salvó del pecado y de la muerte aún sin nosotros merecerlo.
Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.
Romanos 5:10