Nuestros corazones deben ser perfectos en el Señor, porque nuestro Dios habita en él, un corazón fuerte, dispuesto, amable, de gran amor y misericordia.
Cuando nos dedicamos a servirle a Dios, nuestro corazón se hace puro, recibimos sabiduría y fortaleza cuando escuchamos Su voz y atendemos a Su llamado.
Sea, pues, perfecto vuestro corazón para con Jehová nuestro Dios, andando en sus estatutos y guardando sus mandamientos, como en el día de hoy.
1 Reyes 8:61
En el versículo anterior vemos a Salomón hablándole al pueblo en el acto de dedicación del templo, y podemos notar el consejo que Salomón da al pueblo de Israel, de hacer perfecto su corazón delante de Dios, de guardar Sus mandamientos.
Hermanos, debemos obedecer la Palabra de Dios, y tratar de hacer perfecto nuestro corazón, así como muchos pudieron tener su corazón perfecto delante de Dios.
Es bueno que arduamente podamos orar al Padre, unirnos a esta oración de bendición que hizo Salomón para bendecir al pueblo, así también actuemos nosotros. Dediquemos cánticos y oración a nuestro Dios para que las personas puedan guardar sus corazones, para que Sus leyes sean cumplidas y aplicadas dentro de cada uno de los corazones de hoy en día.
Que la paz de Dios reine siempre, que la sabiduría y la misericordia de Dios acompañe a todo aquel que guarda su corazón perfecto delante del Señor.