El amor de Dios debe estar dentro de nuestros corazones, que abunde y se reflejen a los demás porque este amor es puro y verdadero y es capaz de transformar cualquier vida.
Siempre bajo la voluntad de Dios debemos procurar que este grande amor sea sincero y pedirle a Dios que siga fluyendo cada día. Su amor tan grande llega y transforma todo.
El siguiente versículo nos habla acerca de una petición del autor para que el amor de este pueblo sea en abundancia y conocimiento:
Y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aun más y más en ciencia y en todo conocimiento,
Filipenses 1:9
Claramente esta era un pedido de Pablo a los Filipenses, el les estaba pidiendo que este el amor de Dios creciera en abundancia y que también fuese acompañado en sabiduría y ciencia, ya que esto podía ayudar en los tiempos venideros.
Con estos actos, pues somos mejores delante de Dios, ya que estas acciones que tengamos en los caminos de Dios, nos ayudarían a ser sinceros y fieles ante la presencia de nuestro Dios.
Esta oración se nota que era muy sincera de parte del apóstol Pablo, pidiendo a los Filipenses que sean sinceros e irreprensibles delante de Dios, una oración perfecta y de peso.
Así que, hermanos en Cristo, seamos diligentes en el Señor, prestemos mucha atención a lo que el apóstol pedía a los Filipenses, actuemos con mucho amor día a día, seamos irreprensibles y sinceros delante de Dios.