El capítulo 23 del libro de Josué es un mensaje de su líder para el pueblo de Israel, un mensaje recordándoles las grandes obras que el Señor su Dios había hecho en presencia de ellos, para que puedan recordarlo y así servir y seguir únicamente a Dios.
Pero no solamente les hace memoria de las victorias que Dios les había dado tras arrojar a muchas naciones delante de ellos, sino que también les hace advertencias de qué podía pasar si ellos se olvidaban de ese Dios. Josué les dijo al pueblo de Israel:
Mas a Jehová vuestro Dios seguiréis, como habéis hecho hasta hoy.
Josué 23:8
El libro de Josué llama mucho nuestra atención para que nunca nos desviemos de seguir al Señor nuestro Dios, y hoy estas palabras de Josué pueden servirnos para recordar lo bueno que Dios ha sido con nosotros, las misericordias que hemos recibido de Él sin merecerlo. Recordemos que el propósito principal de Josué era mantener al pueblo enfocado en el pacto, en la fidelidad y en el compromiso con el Dios que los había librado de Egipto, los había sostenido en el desierto y les había dado la tierra prometida.
Josué era un líder sabio, pero sobre todo un hombre de fe. En sus últimos días, antes de morir, quiso dejar al pueblo una exhortación que serviría de legado eterno: la de no apartarse jamás de Jehová. Les recordó cómo una sola persona, con el respaldo de Dios, podía hacer huir a mil enemigos, pero también cómo la desobediencia traería derrota y desolación. De la misma forma, nosotros debemos comprender que toda nuestra fortaleza proviene de Dios, y cuando dejamos de seguirlo, comenzamos a debilitarnos espiritualmente.
Y no solamente debemos hacer memoria de Sus grandes obras, sino también tener claro que no podemos apartarnos de los preceptos del Señor, porque apartarse de Dios trae consecuencias a nuestras vidas. Esto no es una historia de miedo, sino una advertencia llena de amor: el estar lejos de Dios trae confusión, angustia y decisiones equivocadas. Pero cuando permanecemos firmes en Su camino, somos guiados por Su Espíritu, y nuestras sendas se enderezan conforme a Su voluntad perfecta.
Palabras finales
Amado lector, sigamos al Señor nuestro Dios con todo el corazón, sin importar lo que el mundo nos pueda ofrecer. No olvidemos las victorias pasadas ni las misericordias que Él ha derramado sobre nuestras vidas. Cada día que pasa, el enemigo buscará desviar tu atención, tentarte con placeres y falsas promesas, pero recuerda las palabras de Josué: “Mas a Jehová vuestro Dios seguiréis”.
Mantente firme, no por costumbre, sino por convicción. Persevera en la fe, porque los que permanecen fieles hasta el fin recibirán la corona de vida. Que cada día podamos renovar nuestro compromiso con Dios, sirviéndole con gratitud, obediencia y amor. Él ha sido fiel, y lo seguirá siendo, por lo tanto, seamos nosotros también fieles a Él, nuestro gran Salvador y Rey eterno. Sigamos a Jehová nuestro Dios hoy, mañana y siempre.