Era necesario que el pueblo en aquel tiempo pudiera reconocer cada día que el Señor le acompañaba, más bien que estuviera con ellos. La buena noticia es, que Dios salvaba siempre al pueblo, le libraba de sus adversarios.
En el título de este artículo, podemos notar por qué dice que el Señor estaba con su pueblo, evidentemente era así, ya que el Señor siempre hacía que el pueblo pudiera ganar las batallas contra sus enemigos.
También hay que notar que aquí había un gran cuidado en hacer las cosas en tiempos no mandados por el Señor. Debemos recordar que todo tiene su tiempo; aquí todo dependía de cuando Dios daba la orden. Si el pueblo recibía las instrucciones, entonces de inmediato actuaba, y cuando lo hacían fuera de Su voluntad, el resultado no era el mismo. Esto nos enseña que no basta con tener fuerzas, armas o estrategias humanas, sino que todo debe estar bajo la dirección del Altísimo.
Esta era una idea clara de que Dios tenía el control de todas las cosas, de los ejércitos, de las armas y de todo. El pueblo debía aprender a depender únicamente de Su guía y reconocer que sin Dios no podían tener victoria alguna.
A continuación te mostramos las palabras tan alentadoras que nos muestra este capítulo 46 del libro de los salmos en su verso 7:
Jehová de los ejércitos está con nosotros; Nuestro refugio es el Dios de Jacob. Selah
Salmos 46:7
Dios siempre apoyó al pueblo de Israel y apoya a Su iglesia en estos tiempos. Dios, temible y dueño de todo, creador de los cielos y la tierra, tiene control absoluto y comanda todos los ejércitos del cielo y de la tierra. Este es nuestro Dios, que tiene misericordia de nosotros y nos libra día a día de las acechanzas del maligno. Él es nuestro refugio, nuestra protección viene de Él, y Su presencia garantiza que nada nos faltará.
Palabras finales
Amados hermanos, este salmo es un recordatorio poderoso de que nunca estamos solos. Así como el Señor estuvo con Su pueblo en el pasado, también está con nosotros hoy. La frase “Jehová de los ejércitos está con nosotros” no es simplemente una declaración poética, sino una promesa viva que nos sostiene en medio de los conflictos, las enfermedades y las pruebas. Nuestro Dios no abandona a los suyos; Él pelea por nosotros, aun cuando no lo vemos, y defiende a quienes confían en Su nombre.
Cada vez que enfrentemos una batalla, recordemos que la victoria no depende de nuestras fuerzas, sino de la presencia de Dios. Cuando decimos que Él es nuestro refugio, estamos proclamando que en medio del caos hay un lugar seguro, un abrigo bajo Su sombra poderosa. Nada ni nadie puede arrebatar la paz de aquellos que confían plenamente en el Señor.
Si hoy sientes temor, incertidumbre o debilidad, toma esta palabra y hazla tuya: “Jehová de los ejércitos está conmigo”. No hay mejor defensa ni fortaleza que Su presencia. Él cuida de Sus hijos con amor eterno y guía cada paso con propósito. Permanezcamos firmes bajo Su cobertura, sabiendo que Aquel que acompañó a Israel sigue siendo nuestro Dios fiel, nuestro escudo y nuestra fortaleza.
Que cada día podamos reconocer Su presencia, darle gloria y descansar en la certeza de que el mismo Dios que libró batallas imposibles es el mismo que hoy pelea por nosotros. Jehová de los ejércitos está con nosotros; Él es, y seguirá siendo por siempre, nuestro refugio y nuestra paz.
