Habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina

Cuando nos referimos a la Santa Palabra de Dios, lo hacemos de una forma respetable y correcta, enseñando lo que realmente es bueno y sano para nuestro espíritu, que la Palabra da vida, que la Palabra nos llena, hace que nuestro espíritu abatido recupere fuerzas.

La palabra de Dios es eficaz, y es como una espada de doble filo, enseñemos la Palabra de Dios correctamente tal y como está escrita, no de tratemos de desviar lo que está correcto.

En la carta del apóstol Pablo a Tito encontramos un mandato de Pablo a Tito a enseñar correctamente la Palabra de Dios, ya que muchos se desvían de la verdad, enseñando cosas que no están en la Biblia o tergiversando lo que está escrito.

La sana doctrina nos enseña día a día cómo vivir correctamente delante de Dios, de cómo debemos actuar, nos enseña que debemos estar preparados. ¿Qué es la sana doctrina? Te invito a leer el capítulo 2 de Tito completo, y descubrirás que la sana doctrina no tiene nada que ver con lo que muchos enseñan hoy como «sana doctrina».

¿Qué significa enseñar la sana doctrina?

Cuando hablamos de la sana doctrina no nos referimos a opiniones humanas, ni a tradiciones inventadas por los hombres, sino a la enseñanza fiel que proviene de las Escrituras. La sana doctrina es aquella que transforma la vida, que corrige al pecador, que guía al joven, que fortalece al anciano, que restaura familias y que prepara al creyente para toda buena obra.

Por eso, enseñar la sana doctrina requiere responsabilidad, humildad y un profundo respeto a la Palabra de Dios. No se trata de predicar lo que es popular, lo que agrada a la gente o lo que genera aplausos, sino lo que realmente edifica y conduce a la verdad.

El ejemplo de Tito y nuestra responsabilidad hoy

En su carta, Pablo le pide a Tito que enseñe a diferentes grupos: a los ancianos a ser sobrios y prudentes, a las ancianas a ser maestras del bien, a los jóvenes a ser sensatos, y a los siervos a obedecer y servir con respeto. Esto demuestra que la sana doctrina abarca todos los aspectos de la vida cristiana, sin dejar a nadie fuera.

De igual manera, hoy nosotros tenemos la responsabilidad de transmitir fielmente el mensaje de Cristo en nuestras familias, iglesias y comunidades. No podemos vivir una fe superficial, sino una que se refleje en cada área de nuestra vida.

Beneficios de vivir en la sana doctrina

  • Da estabilidad espiritual: Nos libra de falsas enseñanzas y modas pasajeras.
  • Forma el carácter: Moldea nuestro comportamiento y nos enseña a vivir con prudencia y humildad.
  • Trae unidad: Nos ayuda a vivir en armonía como cuerpo de Cristo.
  • Prepara para la eternidad: Nos recuerda que nuestro destino final es estar con el Señor.

Reflexión final

La sana doctrina no es un conjunto de reglas aburridas, sino una guía de vida que proviene del corazón de Dios. Es el camino seguro que nos ayuda a caminar en integridad y a vivir con propósito. Pablo entendía que la iglesia debía mantenerse firme en la verdad, porque solo así se conservaría la pureza del evangelio. Hoy, ese llamado sigue vigente para nosotros: permanecer en la Palabra, vivirla con fidelidad y transmitirla con amor.

Que cada uno de nosotros pueda decir como Pablo a Timoteo: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe”. Guardar la fe significa también guardar la sana doctrina, vivirla y enseñarla, porque en ella encontramos vida, verdad y salvación.

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