Amados hermanos, no veamos el castigo o la corrección que Dios nos hace como algo malo, pues si Él lo hace es para que nosotros andemos correctamente, para que podamos aprender más de Él.
Dios es Dios, nos conoce de principio a fin, solo Él sabe todo sobre Su creación. Dios sabe cuántas hebras de cabello tenemos, Dios nos ama con amor verdadero, y si Él ama también corrige porque Su corrección es por amor y para que podemos alcanzar en aquel día nuestra enorme salvación.
Cuando Dios hace un llamado, debemos obedecerle porque Él es Dios y quiere que estemos atento a Su palabra. Dios es celoso y también castiga:
Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete.
Apocalipsis 3:19
El versículo anterior es parte del mensaje que fue entregado a la iglesia de Laodicea. En dicho mensaje Dios le advierte a esa iglesia «te vomitaré de mi boca» debido a la altanería de esta iglesia. Y dentro del consejo que Dios le da a esta iglesia dice «castigo a todos los que amo» y al final del versículo le hace un llamado a esta iglesia al arrepentimiento.
Cuando el castigo llega a nuestras vidas, ¿podemos nosotros ver a un Dios que nos hace esto porque nos ama? Muchas veces, en medio de las pruebas, de la crisis, de las necesidades, solo cuestionamos a Dios pero nunca nos detenemos a pensar si en medio de ese proceso Dios nos está enseñando algo. Amados hermanos, claro dice el versículo anterior, Dios castiga a quienes ama.
De manera que, tengamos en cuenta, que así mismo como un padre o una madre castiga a un hijo por amor, para enseñarlos, para que sean buenas personas en el futuro y hagan las cosas bien, de esa misma manera llega la corrección a nuestras vidas para que podamos seguir siendo refinados como oro y poder alcanzar la victoria de estar con Cristo en la eternidad.