Marcos 13:32 es un verso que puede confundir muchas mentes, pues, preguntamos: ¿Cómo es que Jesús siendo el mismo Dios no sabe el día en que ha de venir? Y esta es una pregunta válida, la cual tiene respuesta. Lo primero que debemos saber es que Cristo es realmente Dios, y Juan lo define en el primer capítulo cuando dice que «el Verbo era Dios», dando a entender que Cristo fue el mismo Padre encarnado.
Vamos a encontrar un montón de versos donde los mismos atributos que pertenecen al Padre el Hijo también los comparte, pero, ¿Por qué Marcos 13:32 dice que siquiera el Hijo sabe el día ni la hora en que ha de venir?:
Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre.
Marcos 13:32
La doctrina ortodoxa de la Trinidad nos dice que tanto el Padre, como el Hijo y el Espíritu Santo comparten un mismo pensamiento y que están de acuerdo en todo lo que hacen, ninguno tiene algo nuevo que aprender, porque son omnisapientes, o sea, todo lo saben, entonces, ¿diríamos que con este verso hay algo que Cristo siendo todo sabiduría no sabe?.
La Biblia muchas veces nos presenta atributos de Cristo como Dios, pero también como ser humano. No creamos en la falsa idea de que Cristo era un hombre de hierro con corazón de acero, Cristo vivió nuestra humanidad, a diferencia de que no se halló un solo pecado en Él, y por eso pudo destruir al pecado en carne misma.
Entonces, bajo la percepción de que Cristo es Dios y de que todo lo sabe, ¿Crees que el mismo que llevará a cabo el gran juicio no sabe el día en que será ese juicio? Podríamos decir aquí, sin temor a equivocarnos, porque si decimos lo contrario le quitaríamos autoridad a Cristo, que el Señor allí habló como quien prefiere ignorar algo en aquel momento y todo por nuestro bien.
¿Se imagina usted que Cristo les haya dicho a sus discípulos el día, con hora y todo y peor aún, que todo haya quedado escrito? ¿Acaso el hombre no mostraría desinterés por la cosas de Dios? Veamos lo que Cristo les dice más adelante:
33 Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo.
34 Es como el hombre que yéndose lejos, dejó su casa, y dio autoridad a sus siervos, y a cada uno su obra, y al portero mandó que velase.
Marcos 13:33-34
Amado lector, esto es lo bueno de todo, que no sabemos el día ni la hora, porque esto nos da un sentido de urgencia, de estar alerta, porque Él puede venir en un momento que no conocemos, sin embargo, si supiéramos la fecha, entonces no mostraríamos el mismo sentido de urgencia.
Y para concluir, una manera de ver como lo que Cristo dijo es cierto, de que nadie sabe el día ni la hora, es que han habido más de 50 fechas fallidas que el hombre ha puesto sobre la venida de Cristo, dando a entender que este detalle están en su propia potestad.
Reflexión final
Marcos 13:32 nos enseña humildad y dependencia de Dios. No se trata de cuestionar la divinidad de Cristo, sino de reconocer el misterio de la encarnación: Jesús, siendo verdadero Dios y verdadero hombre, eligió someterse a las limitaciones humanas en ciertos aspectos, para cumplir perfectamente la voluntad del Padre. Al decir que «ni el Hijo» sabía el día, nos dejó una lección de fe, vigilancia y obediencia. Nos mostró que la vida cristiana no consiste en especular con fechas, sino en vivir preparados en santidad, como si hoy mismo fuera el día de Su regreso.
La insistencia de Jesús en “velar y orar” nos recuerda que el tiempo presente es un regalo para mantenernos firmes, perseverantes y fieles en medio de un mundo lleno de distracciones. No debemos caer en el error de aquellos que ponen fechas falsas, generando expectativas que luego terminan en frustración. En lugar de eso, debemos estar listos todos los días, porque la venida del Señor será inesperada, pero segura.
El cristiano que vive preparado no teme a la venida de Cristo, sino que la anhela con gozo, como lo expresa el apóstol Juan en Apocalipsis 22:20: “Amén; sí, ven, Señor Jesús”. Esa es la actitud que debemos cultivar: esperar al Señor con fe, esperanza y un corazón santo, entendiendo que lo importante no es saber cuándo será, sino estar listos para cuando ocurra.
