Ser cristiano es ser seguidor de Aquel que dio Su vida en la cruz del calvario, seguir Sus pasos y caminar en la verdad con nuestro Señor amado Jesucristo.
El significado de ser cristiano, viene de que Jesús es el hijo de Dios, de éste fue que se profetizó en el antiguo testamento, y que padeció por nuestros pecados, murió en una cruz, fue sepultado y resucitó de entre los muertos al tercer día, para la salvación de la humanidad.
No hay, ni hubo alguien como nuestro Señor el cual fue maltratado en gran manera, por amor a Su creación, que aun viendo nuestra maldad, no retrocedió, sino que siguió las instrucciones del Padre.
Por eso es que ser cristiano tiene un gran precio, no solamente ser seguidor de Cristo, sino que también podamos padecer juntamente con Él, tomar nuestra cruz y seguirle, seguir este mayor ejemplo, Él es nuestro amado.
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
2 Corintios 5:17
El apóstol pablo claramente nos habla de que para ser un verdadero cristiano, hay que apartarse de todas aquellas cosas que antes nos ataban, que no nos dejaban seguir el camino del Señor.
«Si alguno está en Cristo», es decir «¿Quieres estar en Cristo, quieres ser un verdadero cristiano?» Deja todo atrás, ve, toma tu cruz y sigue a Aquel que dio Su vida en la cruz por ti. Jesús dijo lo siguiente:
En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.
Juan 13:35
Para demostrar que en verdad eres un verdadero discípulo de Jesús, debes mostrar amor por los demás, porque Aquel que murió en la cruz también demostró un verdadero e inmenso amor por la humanidad, ofreciéndose en sacrificio para que podamos ser salvos, a pesar de ser humillado y maltratado de tal manera.
Entonces, seremos verdaderos cristianos y discípulos de Jesús si dejamos el pecado, si dejamos el pecado (2 Corintios 5:17) y si amamos a nuestros hermanos (Juan 13:35)
Reflexión final
El llamado a ser cristianos no es una simple etiqueta religiosa, sino una transformación profunda que abarca nuestra mente, nuestro corazón y nuestras acciones. Ser cristiano significa vivir en obediencia, renunciar al pecado y abrazar el amor de Cristo como guía de cada paso. El mundo hoy ofrece muchos modelos de vida que parecen atractivos, pero solo en Jesús encontramos el camino verdadero que nos lleva a la vida eterna. No se trata solo de profesar una fe con palabras, sino de manifestarla con hechos: perdonando, sirviendo, amando, resistiendo las tentaciones y permaneciendo firmes aun en medio de la prueba.
El verdadero cristiano reconoce que todo lo que tiene y todo lo que es proviene de Cristo. Por eso, su vida es un testimonio vivo del poder del evangelio. Cuando dejamos que el amor de Dios nos transforme, entonces podemos ser luz en medio de la oscuridad y sal en medio de un mundo que necesita esperanza. Así, nuestra fe no se queda en lo teórico, sino que se convierte en acción diaria.
Hermanos, ser cristiano es ser discípulo, es ser imitador de Cristo en todo momento, en la familia, en el trabajo, en la iglesia y en la sociedad. El precio puede ser alto, porque implica negarse a sí mismo y cargar la cruz, pero la recompensa es eterna. El Señor nos ha dado una nueva identidad, una nueva vida y un propósito glorioso. Caminemos entonces con gozo y fidelidad, recordando que un día estaremos cara a cara con Aquel que nos amó primero. Que nuestra vida refleje siempre que somos verdaderamente nuevas criaturas en Cristo Jesús.