La mejor forma de hallar el poderoso conocimiento de nuestro Dios es obedeciéndole y buscándole en espíritu y en verdad.
Dedicar tu vida entera al Señor, pidiéndole en obediencia y reconociéndole que Él es el Señor, en tu vida, en tu familia y en todo lugar donde estés. Por eso es bueno que seamos sabios y actuemos con gran diligencia delante del Señor, porque solo de Él viene el conocimiento que nosotros necesitamos cada día para poder seguir avanzando en el camino.
Si estudiamos Su palabra, nuestras vidas serán diferentes cada día porque el Padre nos dará entendimiento y sabiduría, y a través de este sacrificio podremos obtener mas conocimiento porque las palabras que se encuentran en este libro sagrado fueron inspiradas por nuestro Dios.
1 Hijo mío, si recibieres mis palabras, Y mis mandamientos guardares dentro de ti,
2 Haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; Si inclinares tu corazón a la prudencia,
3 Si clamares a la inteligencia, Y a la prudencia dieres tu voz;
4 Si como a la plata la buscares, Y la escudriñares como a tesoros,
5 Entonces entenderás el temor de Jehová, Y hallarás el conocimiento de Dios.
Proverbios 2:1-5
En estos versículos podemos apreciar esta enseñanza sobre la sabiduría, instruyéndonos en el camino para que podamos caminar conforme al mandamiento del Señor.
Lo podemos tener todo, oro, plata. Pero si no tenemos el conocimiento de nuestro Dios, no tenemos nada, el conocimiento de nuestro Dios debe ser el primero nuestras vidas. Y este conocimiento se obtiene, como nos enseñaron los versículos anteriores, obedeciendo a Dios, prestando nuestros oídos para la sabiduría, inclinando nuestro corazón a la prudencia, pidiendo inteligencia, y buscando estas cosas como si se tratara de joyas preciosas. Hagamos esto y hallaremos el conocimiento de Dios.
Reflexión final
El conocimiento de Dios no es algo que se adquiere únicamente con el estudio intelectual, sino que es fruto de una relación viva con nuestro Creador. Muchas personas dedican su vida a la adquisición de títulos, riquezas y logros, pero se olvidan de lo más importante: conocer a Dios de manera personal. El libro de Proverbios nos recuerda que este conocimiento es más valioso que la plata y el oro, porque de él depende no solo nuestra vida en la tierra, sino también nuestra eternidad.
Cuando decidimos buscar al Señor con diligencia, inclinando nuestro corazón a la prudencia y clamando por inteligencia, Él mismo se encarga de revelarse a nosotros. El temor de Jehová no es miedo, sino reverencia, un reconocimiento de que Dios es santo y justo, y que nosotros debemos vivir en obediencia a Su palabra. Este temor santo abre la puerta a una vida llena de propósito, donde cada decisión es guiada por la sabiduría divina.
En la práctica, buscar el conocimiento de Dios significa abrir diariamente la Biblia, meditar en sus enseñanzas, orar con sinceridad y estar dispuestos a obedecer lo que Él nos manda. No se trata solo de acumular información, sino de permitir que esa palabra transforme nuestro carácter, nuestras acciones y nuestras prioridades. El verdadero sabio no es el que sabe mucho, sino el que vive conforme a la voluntad del Señor.
Hermanos, reflexionemos en este punto: podemos tener abundancia material, reconocimiento y logros humanos, pero si nuestro corazón está vacío de Dios, todo eso carece de valor eterno. En cambio, aquel que conoce a Dios y camina en Su verdad posee la mayor riqueza que un ser humano puede alcanzar. Sigamos buscando al Señor como quien busca un tesoro escondido, con pasión, con entrega y con la certeza de que en Él encontraremos la plenitud de vida.
Hoy más que nunca necesitamos hombres y mujeres que amen la sabiduría de Dios, que la enseñen a sus hijos, que la practiquen en sus hogares, en sus trabajos y en todo lugar donde se encuentren. Si realmente queremos hallar el conocimiento divino, debemos hacer de la obediencia nuestra bandera y de la oración nuestro alimento. Solo así podremos vivir vidas firmes, con propósito y dirigidas por la luz de Cristo. Que cada día podamos decir: “Señor, mi mayor tesoro es conocerte a Ti”.