Señor Jesús, vengo delante de Ti, presentándote mi esposa en oración, Te pido que le des cada día las fuerzas para que ella pueda seguir adelante, que Tú Señor guíes sus pasos.
Oh Señor solo Tú puedes hacer posible todo aquello que parece imposible, por eso vengo delante de Ti, confiando como un león en que bendecirás grandemente la vida de mi esposa. Tú Señor fuiste quien me bendijo con esta enorme bendición de poder tener esta hermosa y fuerte mujer, por eso sigo orando a Ti, clamando con todo mi corazón.
Cada mañana cuando me levanto, doy gracias a Ti y luego doy gracias por mi esposa, doy gracias por esta enorme bendición, elevo mi voz sin cesar a Ti porque Tú eres mi Dios, y eres quien hace que mi esposa este fuerte, gracias Señor Jesús.
Gracias Señor porque Tu misma palabra me habla de que la esposa que me diste es de gran bendición en mi vida, por eso no me canso de orar a Ti:
El que halla esposa halla el bien, y alcanza la benevolencia de Jehová.
Proverbios 18:22
Mi corazón siempre estará alegre, orando postrado ante Ti porque si me diste la dicha de poder tener esposa, pues fue porque estaría bien y feliz, por eso ayúdame cada día amarla, que cuando yo ore a Ti, sea con todo mi corazón, ayúdame Señor a valorarla, ayudarla, y que podamos llevar una vida agradable delante de Ti.
Señor, mi esposa esta en Tus santas y poderosas manos en El nombre de Jesús, amén.
Reflexión final
La oración por la esposa no es simplemente una petición ocasional, sino un ejercicio constante de amor, gratitud y compromiso delante de Dios. Cuando un esposo ora por su esposa, está reconociendo que ella es un regalo divino y que su bienestar físico, emocional y espiritual dependen también de la cobertura y bendición del Señor. La Biblia nos recuerda que la unión matrimonial no es un contrato humano, sino un pacto sagrado que tiene como centro al mismo Dios.
En un mundo donde muchas veces el matrimonio es atacado por la cultura moderna, es vital levantar cercos de oración alrededor del hogar. El enemigo siempre intentará sembrar división, incomprensión o debilidad en las relaciones, pero la oración sincera del esposo por su esposa es un muro de protección que fortalece la unidad. Recordemos que el amor no se demuestra solamente con palabras de afecto, sino también con la intercesión constante delante del trono de gracia.
El texto de Proverbios 18:22 es claro: hallar esposa es hallar el bien, y es alcanzar la benevolencia de Jehová. Esto significa que cada vez que miramos a nuestra esposa debemos reconocer la bondad de Dios manifestada en ella. Por eso, la oración debe incluir gratitud, pero también compromiso: compromiso de cuidar, de apoyar, de edificar y de valorar a la mujer que Dios nos ha dado.
Reflexionar sobre este tema también nos invita a considerar el rol del esposo como líder espiritual en el hogar. No se trata de dominio ni de superioridad, sino de responsabilidad amorosa. El esposo que ora por su esposa reconoce que su autoridad viene de Cristo y que su liderazgo debe reflejar servicio, humildad y entrega. Así como Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella, también el esposo debe estar dispuesto a dar lo mejor de sí para bendecir a su esposa.
Finalmente, orar por la esposa no solo trae bendición sobre ella, sino que transforma también el corazón del esposo. La oración sincera moldea el carácter, fortalece el amor y permite ver a la esposa como Dios la ve: como una hija amada, con propósito y con un valor incalculable. Al incluirla en cada oración diaria, el matrimonio se reviste de gracia, la relación crece en confianza y la familia entera recibe cobertura divina.
Que cada esposo pueda comprometerse a orar por su esposa no solo en los momentos de necesidad, sino en todo tiempo, dándole gracias a Dios por su vida, intercediendo por sus luchas y celebrando sus victorias. Porque en la medida en que se ora, el amor se fortalece, la fe se incrementa y el hogar se convierte en un reflejo del amor eterno de Cristo por Su iglesia. Amén.