Esta es una oración de una esposa para que su esposo consiga un trabajo.
Señor Jesús, vengo delante de Ti porque Tú eres el único Dios, digno de alabanzas, me inclino y oro a Ti Señor, oro a Ti para que mi esposo encuentre un buen trabajo. Tú eres el dueño de todo y puedes obrar para que él obtenga su trabajo. Te pido Señor que mi oración pueda llegar a Ti, porque solo a Ti clamo con todo el corazón, mi esposo está en Tus manos poderosas, mira ¡oh! que solo Tú puedes ayudarlo, confío en que solo Tú ayudarás a mi esposo.
Señor, Te pido que en este difícil momento ayudes a mi esposo a entender que solo debe confiar en Ti, esta oración la hago porque Tú no dejas a Tus hijos en vergüenza, Tú les respaldas, te lo pido como esposa, mi Señor.
Continúo orando a Ti Señor para que fortalezcas a mi esposo, le des ánimo y que su mente esté siempre puesta en Ti, en que Tú eres el único Dios que puede suplirle, que puede darle lo que Él necesita. Solo Tú, ¡oh Dios! eres quien da las cosas buenas y perfectas.
Señor Jesús, yo hago estas oraciones porque creo que eres fiel y nunca fallas. Por eso Te doy gracias por el privilegio que has dado de estar siempre al lado de mi esposo, de orar cada día a Ti por Él. Por eso oro a Ti, por las palabras que están escritas en el siguiente pasaje bíblico:
3 Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa; Tus hijos como plantas de olivo alrededor de tu mesa.
4 He aquí que así será bendecido el hombre Que teme a Jehová.
Salmo 128:3-4
Porque, como compañera que soy de mi esposo, en las buenas y en las malas oro a Ti, y Te doy gracias para que lo sigas ayudando. Gracias Te doy porque cada día escuchas mi oración, Te pido sigas ayudando a mi esposo en el nombre de Jesús, amén.
Reflexión final
Querida hermana en la fe, esta oración no es simplemente un conjunto de palabras, sino un clamor profundo que nace del corazón de una esposa que ama, que cuida y que deposita en Dios todas sus cargas. La Biblia nos recuerda que el Señor es nuestro Pastor y que nada nos faltará. Cuando oramos con fe, entregamos a Dios nuestras necesidades, confiando en que Él tiene el poder de abrir puertas de bendición que ningún hombre puede cerrar.
El trabajo es una bendición de Dios, una manera en la que podemos proveer a nuestra familia y glorificar a nuestro Creador con el esfuerzo de nuestras manos. No obstante, el trabajo también es un terreno en el que se prueba nuestra paciencia y dependencia del Señor. A veces las puertas parecen cerrarse, pero recordemos que Dios nunca deja a sus hijos en vergüenza; Él sabe cuándo y cómo proveer. La espera, aunque difícil, es una oportunidad para fortalecer nuestra fe y ver la mano de Dios obrar de manera sorprendente.
Si estás orando por el empleo de tu esposo, hazlo con la certeza de que Dios escucha tus plegarias. Recuerda lo que dice Jeremías 33:3: “Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces”. Esa promesa también es para ti hoy. Dios no solo abrirá una puerta de trabajo, sino que también traerá paz al corazón de tu esposo y fortalecerá tu matrimonio al caminar juntos en fe.
Mientras llega la respuesta, mantente firme, alienta a tu esposo con palabras de esperanza, recuérdale que no está solo y que el Señor es su proveedor. Dios no solo bendecirá con empleo, sino que usará este tiempo de espera para moldear el carácter, aumentar la dependencia en Él y mostrar Su fidelidad. Ten la seguridad de que, en el tiempo perfecto, tu esposo dará testimonio de cómo Dios escuchó esta oración y respondió con amor.
Que esta reflexión sea un recordatorio de que, aunque los procesos de la vida puedan ser duros, los planes de Dios siempre son mejores que los nuestros. Confía, sigue orando y cree que pronto verás la respuesta. El Señor abrirá las ventanas de los cielos y derramará bendiciones hasta que sobreabunden.