Cuando hablamos de que la fe mueve montañas, queremos dejar en claro que es posible lograr grandes cosas a través de la misma, y el mismo Jesús le enseñó eso a sus discípulos.
La fe era la que lo ayudaría a los discípulos a soportar las dificultades y a estar firmes en la presencia de Dios, y era muy importante que ellos prestaran atención de estas enseñanzas de Jesús porque se acercaban momentos muy difíciles para los discípulos.
¿Qué hacia Jesús con los discípulos en ese momento? Bueno, según las escrituras, esto era un momento de reflexionar y aprender. El Maestro les estaba enseñando acerca de todo lo que deberían aprender para que pudiesen llevar la palabra de salvación a todo lugar del mundo.
Pero es bueno que veamos lo que nos dice la Biblia de lo que Jesús habló en cuanto a la fe y para qué Jesús les hablaba a los discípulos acerca de ella.
Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible.
Mateo 17:20
Recordemos algo importante, es que los discípulos andaban con Jesús por todos los lugares, viendo las señales, los milagros y cuando levantaba muertos. Pero no bastaba con solo mirar sino accionar, aconteció que después que Jesús sanó a un muchacho lunático porque los discípulos no pudieron, entonces fue que Jesús les habló a los discípulos y les dijo estas palabras que vimos anteriormente.
Pero Jesús quería en realidad que los demonios también pudieran salir de aquellas personas, que los enfermos sanaran, y que los muertos resucitaran, por eso Jesús le dice a sus discípulos que «Por su poca fe» no pudieron echar fuera aquel demonio. Más adelante les dice que «si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible», o sea les estaba enfatizando la importancia de la fe, porque teniendo fe podían hacer muchos milagros y su fe los ayudaría a estar firmes delante del Señor.