Estemos gozosos días tras día, porque Dios es bueno y Su fidelidad es para siempre. Nuestro Dios es un Dios justo y cumple lo que promete. Demos alabanzas a Dios este hecho maravilloso, alabemos Su nombre sobre todo.
Vayamos delante de nuestro poderoso Dios regocijados en Él y con gratitud de corazón, expresando lo grande y maravilloso que Él es en nuestras vidas, tanto que Sus promesas son grandes, buenas y verdadera. Por esta razón a nadie más debemos adorar sino solo a Dios omnipotente y sublime que mora en las alturas de los cielos, el que ve todas las cosas, Su imperio permanece por todos los siglos.
Dios es nuestra única razón y esperanza, Él es quien nos sostiene día tras día, por eso debemos creer en Él todos los días, y cualquiera que sea la promesa que nos haya hecho, pues no desesperes, confía en Él, porque ese día llegará y verás que lo que Dios dice es real, Él no falla a Su fiel Palabra.
Seamos rectos en cuanto creamos en la voluntad divina de Dios, en Sus promesas, que sin importar por lo que estemos pasando, confiemos y estemos firmes en todas las cosas que nos rodean, que con alabanzas podamos exaltarle y honrar Su nombre porque Él es nuestro Dios.