Un hombre de Jericó llamado Zaqueo, de momento escuchó que Jesús el Salvador pasaba por la ciudad, pero este hombre desesperado en ese momento, pensó «Bueno, soy muy pequeño», entonces este hombre se le ocurrió subirse en un árbol debido a que la multitud que seguía a Jesús era muy grande y él muy pequeño.
A Zaqueo se le dificultaba ver a Jesús, pero desde que subió a aquel árbol, este hombre pudo ver al salvador Jesús.
Lo impresionante de esta historia fue como este hombre se preocupo por ver a Jesús, pero veamos cuál era la desesperación de Zaqueo por ver a Jesús.
4 Y corriendo delante, subió a un árbol sicómoro para verle; porque había de pasar por allí.
5 Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa.
6 Entonces él descendió aprisa, y le recibió gozoso.
Lucas 19:4-6
Esta historia bíblica relata que a pesar de que era jefe de los publicanos, a él no le importó que le murmuraran y que dijeren cosas raras de él. Este hombre estaba gozoso cuando el Maestro le dijo que bajara del árbol que hoy estaría en su casa.
Esto nos sirve de ejemplo a muchos que hoy en día, nos ponen todas las cosas fáciles para poder entrar en los caminos, sin embargo le rechazamos y Jesús, al igual que Zaqueo, hoy quiere ir a tu casa.
Algo tremendo que sucedió fue la transformación que recibió Zaqueo, este hombre inmediatamente dijo que repartiría la mitad de los bienes a los pobres y que si había defraudado a alguien, lo devolvería multiplicado por cuatro.
Hombre humilde y que aceptó que Cristo el Salvador morara en su casa. Jesús cambió su vida por completo.
