La bienaventuranza del amor fraternal

Como hijos de Dios somos más que bienaventurados por tener este amor tan grande en nuestro corazones dado por el Padre celestial, aquel que hizo todas las cosas.

Es un amor que no se acaba, sino que permanece para siempre. Este amor tan grande que se nos dio, debemos demostrarlo, no darlo, sino enseñar acerca del dador de este amor, el cual es Dios.

Por eso es bueno e importante es habitar todos juntos en armonía adorando y bendiciendo el nombre del Dios todo poderoso.

¿Por qué juntos?

Porque cuando estamos todos juntos somos más fuertes, esto pasa porque el Dios omnipotente está en medio de un pueblo que está lleno de amor, de misericordia, de compasión, y que también se deja dirigir de Él en todo momento.

En Armonía

Es estar en un mismo sentir, dándolo todo ante nuestro Señor, compartiendo todo lo bueno con nuestros hermanos, levantando todos nuestras manos en honor al padre celestial, porque Él es el creador de todo lo que nos rodea.

Es por eso que el salmista David dijo en el Salmo 133

1 ¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es
Habitar los hermanos juntos en armonía!

2 Es como el buen óleo sobre la cabeza,
El cual desciende sobre la barba,
La barba de Aarón,
Y baja hasta el borde de sus vestiduras;

Salmo 133:1-2

Palabras de hombre sabio que siempre cuando apacentaba sus ovejas en el campo, podía sentir una tranquilidad inmensa, podía escuchar sólo el sonido de los arroyos, del aire pasando por su alrededor.

Este hombre tenía la habilidad de tocar un instrumento muy armónico que producía paz a todo aquel que lo escuchaba, una alegría que corría por todo su interior.

Por eso es como el buen óleo sobre la cabeza de los santos del Señor. David hablaba sobre este óleo que descendía desde la cabeza hasta toda la vestidura de Aarón, un hombre que tuvo el privilegio de poder escuchar la voz de Dios.

Por eso no hay otra cosa mejor que estar en la presencia del Señor y recibir de Él paz, amor en abundancia.

Como el rocío de Hermón,
Que desciende sobre los montes de Sion;
Porque allí envía Jehová bendición,
Y vida eterna.

Salmo 133:3

David hablaba de esta hermosura porque conocía lo que era estar en la presencia del Señor, poder sentir la esencia enviada por Dios en aquel lugar de Hermón, ese rocío que descendía en el monte de Sion. En aquel lugar Dios enviaba bendición y vida eterna.

En todo momento alabemos a Dios, demos gloria a Él, seamos unidos en todo. Dios es fiel y estará todos los días con su pueblo derramando bendición, amor, paz, y sus misericordia estarán días tras días con nosotros, porque todo lo bueno de Dios se manifestará entre la armonía y la unidad de todos los santos de Dios. Amen.

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Dios no está sordo
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