Restablecidos

Cómo tener paz en medio de la adversidad

Cómo tener paz en medio de la adversidad

Como creyentes en Jesucristo lo primero que debemos saber es que tenemos paz, no que la tendremos o que la paz vendrá en tiempo futuro. Tenemos paz en este tiempo presente, en adversidades, dificultades de la vida, problemas, en todo esto tenemos paz en Cristo Jesús. Nuestro Señor dijo: «La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo». (Juan 14:27).

Tenemos como gran ejemplo a los profetas del antiguo testamento y a los apóstoles, los cuales se supieron regocijar y tener paz en medio de la persecución y en medio de la opresión.

El apóstol Pablo es un enorme ejemplo por sí mismo, puesto que este hombre supo lo que es sufrir por la causa de Cristo. Pasar de ser un fariseo que tenía la vida resuelta, a ser un servidor de Cristo que muchas veces le faltaba el pan, que muchas veces estaba preso y tenía que sufrir el maltrato y abandono de muchos.

Pablo, estando preso dijo:

Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!

Filipenses 4:4

Oh amados hermanos, este hombre estando preso, con mucha necesidad, en medio de la tempestad les decía a los filipenses que se regocijen. Querido hermano, regocíjate en tu peor prueba, da gloria a Dios, porque Él nos ha dado de su paz y somos altamente privilegiados de que en esta batalla no estamos solos, sino que el Capitán que es Jesús va al frente.

Pablo continúa diciendo:

6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.

7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

Filipenses 4:6-7

Jesús dice que nos ha dado paz, y ahora Pablo dice a los filipenses que por nada debían estar afanosos o preocupados, sino que debían llevar todas sus peticiones delante del Dios Todopoderoso en oración y ruego. A veces se nos olvida que tenemos un gran Dios y no recurrimos a Él, cuando se supone que Dios debe ser nuestra única opción. Amado hermano, Dios nunca está ocupado para no escucharnos, Él siempre está presente, sin importar que tan alta y abrumadora sea la tempestad.

«Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento». Esa paz sobrepasa todo entendimiento porque nadie puede entender cómo en medio de la adversidad podemos estar tranquilos, y sí, podemos estar tranquilos porque sabemos que Dios guarda nuestros corazones y pensamientos en Cristo Jesús. Simplemente en Él estamos seguros.

Andemos por fe, no por vista
La lámpara del cuerpo son tus ojos
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