Probablemente hayamos escuchado o leído alguna vez el calificativo dios (con d minúscula), con el cual han denominado en historietas, películas y en muchas culturas a objetos o personajes míticos. Sin embargo, a través de todas las Escrituras aprendemos que solo ha existido y existe un Dios Padre y Creador de todas las cosas, a quien debe ser dada la honra y el poder.
El apóstol Pablo dejó esto bien en claro a los Corintios y les dijo:
5 Pues aunque haya algunos que se llamen dioses, sea en el cielo, o en la tierra (como hay muchos dioses y muchos señores),
6 para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre, del cual proceden todas las cosas, y nosotros somos para él; y un Señor, Jesucristo, por medio del cual son todas las cosas, y nosotros por medio de él.
1 Corintios 8: 5-6
Pablo dejó bien en claro que solo existe un Dios verdadero, aunque algunos quieran usar este gran calificativo para atribuírselo a otra cosa, a esos que llaman dioses que simplemente no tienen poder, no se pueden mover, y tienen que ser llevados por humanos a diferentes lugares porque ellos no poseen aliento de vida.
El salmo 110 nos habla de aquellos dioses falsos diciendo que tienen oído pero no pueden escuchar, tienen boca pero no pueden hablar, tienen pies pero no pueden caminar. Sin embargo, nuestro Dios, es todopoderoso y reina con poder y gloria, Él no necesita de que nadie lo lleve a ningún lado, Él es poderoso para hacer descender truenos y hacer salir el sol sobre toda la humanidad.
Hermanos, por más dioses que el ser humano se haya inventado, para nosotros existe un solo Dios y Creador de todas las cosas.