Encontramos a Jesús en todas las Escrituras, no solo en el nuevo testamento, sino también en el antiguo, donde encontramos muchas profecías sobre Jesús, que sería nuestro Salvador, Redentor y Sanador, y todo esto se cumplió cuando Cristo vino a la tierra en forma de hombre, cada profecía que se dijo sobre Jesús se cumplió al pie de la letra y damos gloria a Dios por eso, porque Él es verdadero y justiciero, y su Palabra siempre es cumplida.
La Biblia dice:
16 Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos;
17 para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.
Mateo 8: 16-17
Antes de este suceso que nos narran las Escrituras, también encontramos que la suegra de Pedro estaba enferma, tenía fiebre, y nuestro Señor Jesús, solamente le tocó e inmediatamente fue sanaba.
Leemos múltiples milagros que fueron realizados por Jesús, y fueron tantos que Juan dice: «Si se escribieran todos los milagros hechos por Jesús, no cabrían los libros en el mundo». Esta expresión Juan la utiliza para dar a entender que la cantidad de milagros que hizo Jesús fue bastante grande.
Amados hermanos, nuestro Dios es poderoso, y todas esas sanidades que fueron producidas en aquellos momentos eran parte del plan divino, eran cosas que se tenían que cumplir porque así había sido profetizado.
«El tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias». Además de todas las sanidades que se dieron en ese entonces, Cristo también tuvo que cargar con todos nuestras pecados en la cruz, ¿se imagina usted la carga tan pesada que fue llevar el pecado de millones y millones de personas? Cristo soportó todo eso por nosotros y es por ello que debemos darle honra y gloria cada momento de nuestras vidas.