Clama a Él y Él te responderá

Cuando le pidamos algo a Dios debemos hacerlo con seguridad y con el corazón confiados en que el Señor cumplirá todo bajo su voluntad, hay momentos en los que pensamos que Dios no nos escucha. Pero no es así, porque Dios siempre está y estará pendiente de nosotros.

A veces estamos pasando dificultades, donde nos hace falta escuchar la voz de Dios a nuestro clamor, pero nos olvidamos de algo muy importante: Dios conoce todo de nosotros, Él fue quien creó los cielos y la tierra, todo lo que existe fue creado por Él.

Así ha dicho Jehová,

que hizo la tierra, Jehová que la formó para afirmarla;
Jehová es su nombre:

Jeremías 33:2

Aquí el pueblo de Israel tenía momentos en los cuales se ponía incrédulo, pero también venían momentos donde ellos creían en Dios, creían que Dios podía cumplir sus promesas en cada uno de ellos. Este pueblo era bendecido de una manera poderosa, fue librado del faraón, librados de otros pueblos, donde quiera que ellos pisaban el Señor le daba la victoria.

Por eso es bueno, que cuando pidamos algo al Señor, esperemos con paciencia, porque Dios cumple, Él es fiel, Él no echa en saco roto tu oración, Él responde a su tiempo, porque todo lo que quiera ocasionarte daños, Él lo detendrá, Dios no llegará tarde.

Clama a mí, y yo te responderé,

y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces.

Jeremías 33:3

No detengas, ni te desalientes cuando le pidas algo a Dios, solo espera en Él, y Él cumplirá, porque Dios conoce todo lo que necesitamos, porque sus ojos están puestos sobre nosotros, por esta razón es que Él nos cuida, y nos da fuerza y esperanzas en medio de las pruebas.

Dios es un Dios de misericordia, confía en Él y Él hará todo bajo su voluntad.

La importancia de orar con fe

La oración no es simplemente hablar al aire, sino comunicarnos directamente con el Dios Todopoderoso. Cuando lo hacemos con fe, reconocemos que nuestra vida está bajo Su control, y que sin importar lo que pase, Él tiene la última palabra. A lo largo de la Biblia se nos enseña que debemos pedir creyendo, sin dudar, porque el que duda es semejante a las olas del mar que son arrastradas de un lado a otro.

Esto significa que cuando nos acercamos en oración, debemos hacerlo convencidos de que Dios puede hacer lo imposible. Puede que no responda de inmediato, pero en el tiempo oportuno veremos cómo Su mano obra a favor de quienes confían en Él.

El ejemplo del pueblo de Israel

El relato bíblico nos muestra que Israel vivió altos y bajos en su fe. Muchas veces dudaron del poder de Dios, pero otras tantas experimentaron milagros sorprendentes. Esta dualidad refleja también nuestra vida: en ocasiones la fe se debilita, pero al recordar las obras del Señor, nuestra confianza se renueva.

Israel vio la mano de Dios abrir el Mar Rojo, derribar murallas en Jericó y proveer alimento en el desierto. De la misma manera, nosotros también podemos experimentar Su poder en medio de nuestras necesidades, siempre que depositemos nuestra confianza plena en Él.

La paciencia en la respuesta de Dios

Uno de los aspectos más difíciles en la vida cristiana es esperar. Queremos que nuestras oraciones sean respondidas de inmediato, pero Dios nos enseña que Sus tiempos son perfectos. El apóstol Pedro escribió que para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. Esto significa que Su manera de actuar no sigue nuestro calendario, sino el suyo.

Esperar en Dios no es pérdida de tiempo, es la oportunidad de crecer en fe y de depender más de Su gracia. Cada oración que elevamos es escuchada, aunque la respuesta tarde, y siempre será para nuestro bien y para Su gloria.

Conclusión

Confiar en Dios en oración es un acto de fe que transforma nuestra vida. Debemos recordar que el Señor siempre está pendiente de nosotros, que nada se le escapa de las manos, y que todo lo que nos ocurre está bajo Su voluntad. Así como el pueblo de Israel vio milagros al confiar, nosotros también veremos Su gloria si permanecemos firmes en la fe.

Por tanto, cada vez que ores, hazlo con confianza y gratitud. Cree que Dios ya está obrando a tu favor, aunque aún no veas la respuesta. Él es fiel, y nunca desampara a los que le buscan con un corazón sincero. Ora, espera y confía, porque Dios siempre cumple Sus promesas.

¡Este es nuestro Dios!
Sin temor de mal