Cada día debemos confiar en el Señor, porque Él es nuestro ayudador, la roca fuerte, el que nos sostiene con sus manos poderosas, por esta razón es bueno que confiemos en el Dios todopoderoso.
Ten misericordia de mí, oh Dios, porque me devoraría el hombre;
Me oprime combatiéndome cada día.
Salmo 56:1
Había momento en los que el salmista David pasaba por dificultades, pero a pesar de eso él le pedía a Dios para que le librara de sus adversarios. Dios no le dejaba solo, sino que venía en socorro de él y le ayudaba.
Sabemos que el salmista era un hombre que confiaba en Dios con todo su corazón, David era un guerrero del Señor y que obedecía el mandato del Dios todopoderoso, él hacía todo lo que el Señor le ordenara.
Todo el día mis enemigos me pisotean;
Porque muchos son los que pelean contra mí con soberbia.
Salmo 56:2
Por más lucha y batalla que él tuviera no dejaba de glorificar a Dios, él levantaba sus manos y proclamaba al Señor con todo su corazón, pero él estando en momentos de angustias no dejaba de adorar su nombre.
Así como este hombre creía en Dios y confiaba plenamente en Él, por eso es bueno que cada día confiemos en Dios, porque sin Él nada podemos hacer.
En el día que temo,
Yo en ti confío.
Salmo 56:3
El temor en Dios nos hace cada día permanecer en Él, acercarnos a Dios y buscar de Él todo el tiempo. Es una de las mayores bendiciones que Él nos ha dado, porque cuando le buscamos y confiamos en Él, todo saldrá bien en el nombre del Dios todopoderoso.