Hay momentos difíciles que llegan a la vida de los seres humanos los cuales provocan que clamemos al Señor. Cuando somos perseguidos por el mal y no clamamos al Dios Todopoderoso estamos sin la cobertura del Señor.
¿Qué pasa cuando la cobertura de Dios no está en nosotros? Que debido a esto podríamos ser atacados por el mal. El Salmista David tuvo momentos en los que él se postraba delante de Dios pidiéndole liberación y protección de sus adversarios.
Oh Jehová, oye mi oración, escucha mis ruegos; Respóndeme por tu verdad, por tu justicia.
Salmos 143:1
Los procesos nos enseñan cada día y nos ayudan a entender que Dios es el único Dios Todopoderoso, para Dios nada es difícil.
El Salmista David tenía pendiente que tenía que orar y pedir dirección a Dios para seguir hacia adelante, porque había muchos que querían hacerle la vida imposible.
Y no entres en juicio con tu siervo; Porque no se justificará delante de ti ningún ser humano.
Salmos 143:2
Nuestra justicia está en las manos del Señor. Cuando tenemos problemas y dificultades el Señor viene en nuestro socorro para librarnos de todos aquellos que nos persiguen.
Pero delante de Dios nadie puede justificarse porque Dios conoce el corazón de hombre, Él ve todo lo que el hombre quiere hacer, ve todo lo que el ser humano está planeando para atacar a los hijos de Dios.
Porque ha perseguido el enemigo mi alma; Ha postrado en tierra mi vida; Me ha hecho habitar en tinieblas como los ya muertos.
Salmos 143:3
David suplicaba diariamente al Señor por sus enemigos porque cada día que pasaba el ataque de parte de sus adversarios aumentaba. Pero Dios no lo dejaba solo, siempre estaba atento a su siervo David para librarle de sus enemigos.