Dios se agrada de nosotros cuando somos generosos, cuando servimos a los demás y hacemos el bien sin importar si es nuestro enemigo. Dios mira la generosidad de los justos.
Las personas que no son generosas con su prójimo acarrean con ellos mismos amargura y pobreza, porque es bueno que todo lo que vallamos a hacer lo hagamos en el nombre del Dios Todopoderoso.
El deseo de los justos es solamente el bien;
Mas la esperanza de los impíos es el enojo.
Proverbios 11:23
Muchas personas dicen «¿cómo podemos hacer el bien a nuestros enemigos?». El Señor nos manda a amar a nuestros enemigos, incluso si ellos tienen sed tenemos que darles agua, y si tienen hambre tenemos que darles de comer, y esta es una buena obra de la cual ellos pueden aprender.
Hay quienes reparten, y les es añadido más;
Y hay quienes retienen más de lo que es justo, pero vienen a pobreza.
Proverbios 11:24
Una cosa pasa, es que tenemos que dar sin esperar recibir, porque el Señor mismo reconocerá tu bondad y voluntad por hacer el bien. Dios mismo te reconocerá y te bendecirá conforme a su voluntad.
Pero sabemos que los que practican tales cosas que no son del agrado del Señor, estas personas siempre andan tristes porque solo piensan en ellos y en retener todo lo que tienen entonces mediante a esta actitud de ellos llegarán pronto a la pobreza.
El alma generosa será prosperada;
Y el que saciare, él también será saciado.
Proverbios 11:25
Dios es un Dios bondadoso, un Dios que no tiene que ver tu situación, sino que en medio de eso te bendice y te suple todo lo que necesitas, por eso es importante que si nuestro enemigo tiene hambre dale de comer y si tiene sed dale de beber.