Muchas personas cometen delitos, pecados y no tienen misericordia de los demás. Dios no tiene misericordia de tales personas, aunque Él les da la oportunidad de arrepentirse para alcanzar misericordia.
El perverso de corazón nunca hallará el bien,
Y el que revuelve con su lengua caerá en el mal.
Proverbios 17:20
Sabemos que el miembro más peligroso de nuestro cuerpo es la lengua, la cual destruye, pone peligro donde quiera que llega, pero nosotros que sabemos hablar cosas buenas debemos enseñar a los demás a hablar cosas buenas, que con nuestra boca pronunciemos las bendiciones del Señor, que cuando hablemos, las demás personas sean edificadas y restauradas.
El que engendra al insensato, para su tristeza lo engendra;
Y el padre del necio no se alegrará.
Proverbios 17:21
Cuando criamos a nuestros hijos y no les enseñamos lo bueno, entonces ellos harán cosas fuera de la gracia del Señor, y esto pasará debido a que sus padres no se preocuparon en darles las buenas costumbres, sino que se preocupaban por cosas no eran más importantes que prestarles atención a sus hijos, y esto trae como consecuencia que los hijos maten, roben, y hagan cuantas cosas les llegue a la mente.
El corazón alegre constituye buen remedio;
Mas el espíritu triste seca los huesos.
Proverbios 17:22
Reconozcamos que todo aquello que enseñemos para bien a nuestros hijos, será luego el fruto que veremos en ellos, mas el que no enseña lo bueno siempre estará envuelto en tristeza.