Vivimos en un mundo de afán y ansiedad, en un mundo que corre rápido. Vemos muchas ciudades como New York y São Paulo donde se trabaja 24 horas, donde las calles siempre están llenas, donde el afán es increíble, personas que poseen hasta tres empleos para poder sostener sus familias y hacerles vivir una vida digna. Pero, hay un afán que va más allá de todo esto: «El afán insaciable del dinero».
Jesús tocó mucho sobre este tema, y es que podemos llegar a sentir tanto afán por el dinero que podemos desviarnos totalmente de lo que realmente es importante: Dios. Por eso Jesús en Mateo 6 nos habla de que no podemos servir a dos señores y esto refiriéndose al dinero, ¿Por qué será que Cristo habló tanto sobre este tema? Lo hizo porque mayoría de los hombres sienten gran afán por las riquezas.
Cristo dijo:
Sin embargo, toda belleza es destruida, nos afanamos por tantas cosas, pero dentro de 50 años nos miraremos en el espejo y estaremos completamente arrugados. El punto aquí es que nada de esto debe ser nuestra preocupación ni mucho menos el centro de nuestras vidas.
Debemos preocuparnos por echar mano de la vida eterna.
El Señor nos enseña que el afán no añade nada a nuestra vida, por el contrario, nos roba la paz y nos hace olvidar que Dios tiene el control absoluto de todas las cosas. Muchas veces nos desvelamos pensando en cómo pagar las deudas, cómo alcanzar un mejor estatus social o cómo tener lo que otros tienen, y en ese proceso descuidamos lo más importante: nuestra relación con el Creador. El afán nos desgasta, nos enferma y nos hace dependientes de lo material, cuando Cristo nos invita a depender únicamente de Él.
Cuando miramos la vida de los grandes hombres de Dios, vemos que su confianza nunca estuvo en las riquezas. Abraham, aunque fue rico en posesiones, puso su fe en la promesa de Dios y no en los bienes terrenales. Job, en medio de su aflicción, reconoció que todo lo que tenía venía de Dios y que todo podía ser quitado en un instante. Estos ejemplos nos recuerdan que la verdadera riqueza no se mide en lo material, sino en nuestra fe y dependencia de Dios.
Hoy en día, vivimos en una sociedad consumista que nos presiona constantemente a querer más, a trabajar más y a gastar más. La publicidad, las redes sociales y la comparación con los demás nos empujan a vivir en un ciclo interminable de insatisfacción. Pero la Palabra de Dios nos invita a detenernos, a reflexionar y a recordar que nuestra vida no consiste en la abundancia de bienes que poseemos, sino en la paz que viene de caminar en obediencia al Señor.
Jesús también nos anima a buscar primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas las demás cosas nos serán añadidas. Esto significa que cuando nuestra prioridad es el Señor, Él mismo se encarga de suplir nuestras necesidades. No se trata de vivir en pobreza, sino de entender que lo material es pasajero y que lo eterno es lo que realmente importa.
Por eso, en lugar de desgastarnos por el afán, debemos aprender a confiar más en Dios, a descansar en su provisión y a valorar lo que ya tenemos. El agradecimiento abre la puerta a la paz, mientras que la queja y la codicia nos atan a una vida de frustración. Recordemos que la ansiedad nunca resuelve los problemas, pero la oración y la fe sí nos fortalecen para enfrentarlos con esperanza.
Conclusión: El afán por el dinero y lo material nos roba la vida y nos hace olvidar lo eterno. Cristo nos enseña a mirar a las aves y a los lirios para recordar que Dios cuida de su creación y mucho más de nosotros. Aprendamos a descansar en el Señor, a vivir con gratitud y a enfocar nuestra vida en lo eterno, porque al final, lo único que permanece es nuestra relación con Dios y la vida eterna que Él nos ofrece.
9 comments on “El afán y la ansiedad”
Dice el Señor: acumulado tesoros fondo no se estropeen ni el ladrón los robe, pues dónde tengamos el tesoro allí tendremos el corazón, en estas preciosas y sabías palabras el Señor nos anima a acomular tesoros en el Cielo, junto a Dios-Padre, no nos guiemos por la riqueza terrena sino por la que da generosamente Dios.
Aleluyah!!!
Para entrar en la presencia de Dios hay que ser manso y humilde de corazon y no gloriarnos nosotros mismo si no que glorifiquemos a Dios..Amem
El día q partimos de este mundo no llevamos nada material. Mejor es prepararos para nuestra vida eterna con el Señor. El es la clave de nuestra felicidad eterna. «Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia…» (Mateo 6:33) Amén
Así es, la palabra de Dios es es único alimento y camino de seguir. Jesús es mi pastor nada me faltará. AMEN
AMÉN DIOS LOS BENDIGA MI JESÚS GRACIAS POR DARME SER SENCILLA, HUMILDE POR DARME HACIENDO TU VOLUNTAD APRENDER MÁS DE TI CUIDANDO MI DIA Y LA DE MI FAMILIA DIOS LOS BENDIGA
AMÉN! PREOCUPEMONOS MÁS POR LA PALABRA DE VIDA ETERNA, ESA PALABRA QUE NOS LLENA EN TODO SENTIDO, QUE NOS HACE MEJORES PERSONAS, Y TODO GRACIAS A DIOS A JESUCRISTO QUE NOS NOS SALVO Y DIO SU VIDA POR PARA SALVARNOS DEL PECADO. GLORIA Y HONRA A ELLOS
Así es como estamos viviendo: afanosos y ansiosos. Parecemos máquinas o robots q se programan día a día. Sin embargo, la clave Dios nos la da en su Palabra. De nada nos sirve vivir de esa forma. Dios nos sustentará y velará por cada uno de.nosotros. confía. Bendiciones!!
25/04/2020
Queridos hermanos No seamos Codiciosos Las cosas Llegan a su Tiempo no nos apuremos Porque el tiempo de DIOS es perfecto el sabe cuando nos dará lo que nos merecemos preparémonos para la Vida eterna. Amén✨
Yo manifiesto mi inconformidad, con relación a que cambiaron los iconos, para compartir los artículos y/o versículos. Anteriormente yo podía compartirlos con muchas personas, pero ahora es imposible.