Hay momentos difíciles en los cuales vamos ante la presencia de Dios y le pedimos que nos escuche, esto es porque quizás tenemos nuestra mente turbada por algo que nos pasó o que nos está pasando.
Dios nunca desatiende sus hijos, Él siempre escucha sus clamores, inclina sus oídos, así como el salmista David pronunciaba estas palabras pidiéndole a Dios, que inclinara sus oídos y escucharas sus clamores, recordemos que Dios siempre está presto para ayudarnos.
Hijo mío, está atento a mis palabras;
Inclina tu oído a mis razones.
Proverbios 4:20
Dios siempre tiene la razón en todo, porque Él es Dios y conoce todo incluso hasta cuando nos movemos, es necesario que estemos atentos a su Palabra, ser obedientes en todo lo que el Señor nos mande.
Solo a Él debemos obediencia, Dios sabe lo que saldrá mal o lo que saldrá bien, debemos saber que al Señor no se le escapa nada, porque Él siempre mira nuestro caminar, Él ve si nuestro camino está torcido.
No se aparten de tus ojos;
Guárdalas en medio de tu corazón;
Proverbios 4:21
Salomón sabía por qué decía estas cosas, y es que sus palabras son fieles y verdaderas y que en ellas podemos encontrar lo que nunca encontraremos fuera del Señor, su palabra alumbra nuestro camino, cuando andamos mal delante Dios, Él a través de su palabra nos corrige.
No nos podemos apartar de este camino tan maravilloso. Dios es nuestra salvación, Él es quien nos levanta en medio de las dificultades, y nos cuida cuando andamos por lugares tenebrosos, el Señor es nuestro pastor, y lo seguirá siendo todo el tiempo.
Porque son vida a los que las hallan,
Y medicina a todo su cuerpo.
Proverbios 4:22
Es muy importante, que nuestra confianza esté enteramente depositada en Dios, quien es nuestro libertador, por eso debemos estar atentos a sus mandamientos y llevar su palabra con rectitud, siendo fiel y esperando lo que Él ha prometido a todos aquellos que confían en Él.