El temor del Señor es la sabiduría

El libro de Job es uno de los más conmovedores y profundos de toda la Biblia. En él encontramos la historia de un hombre justo que, a pesar de ser probado como pocos en la historia de la humanidad, mantuvo su fe inquebrantable en el Señor. Este relato no solo nos muestra la fidelidad de Job, sino que también nos enseña sobre la grandeza, la soberanía y la justicia de Dios. A lo largo de sus capítulos se nos recuerda que la vida está llena de pruebas y que, en medio de ellas, nuestra mejor respuesta siempre debe ser la adoración y la confianza plena en nuestro Creador.

Es importante ver a Job alabando a Dios después de todo lo que había pasado, después de todas esas dificultades que este hombre atravesó cuando Dios le permitió que el diablo le probara a ver si Job le fallaba a Dios.

Al dar peso al viento,
Y poner las aguas por medida;
Job 28:25

Aquí en este capítulo 28 Job estaba hablando de la grandeza de Dios y lo sublime que Él es, alguien que tiene el control de todas las cosas, que aun todo lo que existe fue creado por Él y así mismo tienen que obedecerlo.

Job, a pesar de todas sus pruebas siguió adorando el nombre de Dios con todo su corazón, sin importar todo lo que viniera, o todo lo que pudiera ocurrir en su vida y en su familia.

Pero este hombre fue sabio en seguir el mandamiento del Señor, en continuar engrandeciendo su nombre por todo lo alto, pero podemos ver que el diablo pensó que Job le fallaría a Dios por lo que se le fue quitado, pero no fue así.

Cuando él dio ley a la lluvia,
Y camino al relámpago de los truenos,

Entonces la veía él, y la manifestaba;
La preparó y la descubrió también.

Job 28:26-27

Hombre como este dice: que no ha visto ni hubo en todos los tiempos, íntegro, obediente, sabio, y que creyera en Dios, que no maldijo a Dios en ningún momento de su angustia.

y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre,
y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito.
Job 1:21

Él estaba reconociendo que nosotros venimos a este mundo desnudo y que así mismo como venimos también nos vamos ir, pero podemos ver que, así como Dios da también puede quitar, y esto es lo que la gente hoy en día no quiere reconocer, que Dios en su soberanía hace todo lo que Él quiera y cuando Él quiera.

Así que seamos sabios antes de hablar mal de Dios, cuando estemos pasando por una prueba, recordemos lo que hizo Job, que estando en ese momento tomó la mejor decisión y glorificó a Dios y lo bendijo, dio honra a Él. Si eres uno de estos que viendo la prueba glorifica a Dios, pues entonces te digo que te irá bien en todo tu camino, por ser obediente y sabio al hacer este maravilloso gesto de agradecimiento a Dios.

La historia de Job nos recuerda que la vida puede cambiar de un momento a otro. En un instante podemos tener prosperidad, salud y alegría, y en otro enfrentar pérdidas, dolor y sufrimiento. Sin embargo, la verdadera fe no depende de las circunstancias, sino de la convicción de que Dios sigue siendo Dios, aunque no entendamos lo que ocurre. Job comprendió esto y por eso no permitió que el dolor lo llevara a maldecir al Señor. Más bien, decidió permanecer fiel y eso lo convirtió en un ejemplo eterno para todos los creyentes.

Hoy en día, muchas personas abandonan la fe ante la primera dificultad, olvidando que las pruebas también son parte del plan de Dios. La Biblia enseña que las pruebas producen paciencia, fortalecen el carácter y nos acercan más a nuestro Creador. Así como Job fue restaurado y bendecido mucho más al final de su historia, también nosotros podemos confiar en que Dios tiene un propósito mayor en medio de cada dificultad.

En conclusión, Job nos enseña a mantenernos firmes en la fe, sin importar las circunstancias. Sus palabras y su ejemplo nos llaman a reconocer que Dios es soberano y digno de ser adorado en todo momento. Al igual que Job, aprendamos a decir: “Jehová dio, Jehová quitó, sea el nombre de Jehová bendito”. Cuando confiamos en esta verdad, nuestra vida adquiere un nuevo sentido y podemos enfrentar cualquier situación con la seguridad de que Dios está al control.

Dulce refugio
Dios no miente