¿Estás dentro de un problema el cual no sabes como resolver? ¿Estás dentro de una crisis la cual crees nunca superar? Y en ese momento de gran pesar te preguntas: ¿Cómo saldré de esto? Incluso, hasta nos atrevemos a decir: «Dios se ha olvidado de mi». Y comenzamos a cuestionar a Dios de mil maneras, nos sentimos abandonados por los demás y sentimos que todo el mundo está en nuestra contra y por esto muchas personas dicen: «Todo me sale mal». ¿Acaso no te has puesto a pensar, que quizá eso que te sucede te acercará más al propósito divino de Dios? Una cosa que debe caracterizar al pueblo de Dios es la confianza en su creador.
Nuestro Dios no es un amo cruel, Dios siempre quiere que clamemos a Él y pongamos delante de Él nuestros problemas. Nuestro Señor no es igual que un ser humano, él nunca se cansa de escucharnos, nunca se cansa de escuchar nuestros problemas, todo lo contrario, Él nos dice en su Palabra:
Por nada estéis afanosos; sino sean notorias vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con hacimiento de gracias.
Filipenses 4:6
¡Vamos! Si te sientes tan afligido y estás recurriendo a diferentes lugares, quiero decirte que no has ido al correcto, ¿Cuál es el correcto? ¡Dios! Él es nuestro salvador, nuestro redentor y Él está ahí esperando que presentemos todas nuestras dificultades. Y lo más importante de todo es que no tenemos que hacer un turno, no importa nuestro color de piel, nuestro estatus económico ni nada de eso, solamente tenemos que presentarnos delante de Él con acción de gracia.
En el capítulo 14 del libro de Éxodo vamos a encontrar una historia donde presenciamos un momento sumamente difícil, pues, en ese momento los israelitas iban a cruzar el mar rojo, pero no solo lo iban a cruzar, sino que detrás de ellos venía el faraón y su ejército. Este era un momento demasiado difícil para aquel pueblo, sin embargo, podemos leer lo siguiente:
Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis. Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos.
Éxodo 14:13-14
¿Sabías que en los momentos duros Dios nos pronuncia las mismas palabras? Sí, Dios en esos momentos crueles nos dice con toda ternura que se pueda expresar: » Yo peleó por ti y tú debes estar tranquilo». Nunca olvidemos que en nuestros momentos difíciles el Dios de los cielos pelea por nosotros. No estamos solos, tenemos la compañía más majestuosa que se pueda tener.
También encontramos en la Palabra de Dios otro verso que puede darnos gran aliento en esos momentos:
Así que no temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré;
te sostendré con mi diestra victoriosa.
Isaías 41:10 | NVI
Dios nos promete fortaleza, nos promete estar con nosotros y darnos la victoria. ¿Has pensado que nunca saldrás de esos momentos? Si has pensado eso entonces no deberías pensar así, deberías confiar en cada una de sus promesas.
Nuestro Dios también tiene una gran promesa para aquellos quienes confiamos en Él:
Pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán.
Isaías 40:31 | NVI
Y si has pensado que en tu prueba estás solo y que el enemigo te va a destruir, entonces debes saber esto:
Pero el Señor es fiel, y él los fortalecerá y los protegerá del maligno.
2 Tesalonicenses 3:3 | NVI
Indudablemente Dios ha prometido estar con nosotros. ¿No le puedes ver en tu prueba? Entonces pronunciemos lo mismo que dijo Spurgeon: «Cuando no le pueda ver, me cobijaré bajo las sombras de sus alas».
Para terminar este artículo, quiero que medites en el siguiente verso y lo hagas tuyo desde este momento:
Podrán desfallecer mi cuerpo y mi espíritu, pero Dios fortalece mi corazón; él es mi herencia eterna.
Salmos 73:26 | NVI