Lo que no significa la «unción» y lo que es la unción

Hemos escuchado mucho hablar a nuestros predicadores sobre la palabra «unción». Nos preguntamos ¿qué es la unción? ¿cuál es su significado? Vamos a descubrirlo mediante este artículo. Primero comencemos hablando de lo que NO significa la unción.

Lo que no significa la unción

En la actualidad tenemos un montón de predicadores que hablan de la unción como si fuera algún rito o una técnica nueva, o algún poder extraño. Vemos a estos predicadores tumbar gente y hablar sobre la unción como si ellos supieran de qué están hablando y es increíble como un gran público se ha creído este método que no es bíblico y que lleva hacia una falsa «espiritualidad».

Unción no es tomar un micrófono y hablar rápido, fuerte y alterando la voz. Unción no es hacer que las personas vuelen por los asientos ni nada por el estilo.

Esto es una mala interpretación que ha surgido en las iglesias de los años 1900 hacía acá. La iglesia ha ido adquiriendo muchas falsas enseñanzas y métodos gracias a la falta del escudriñar las Sagradas Escrituras.

Hay un verso que no nos cansamos de mencionar para situaciones como estas, y es lo que dijo nuestro Señor Jesucristo:

Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí; (Juan 5:39)

Ya sabemos que esto no es unción.

El verdadero significado de la palabra unción

Veamos el significado de la palabra unción:

Las palabras griegas del Nuevo Testamento para «ungir» son chrio, que significa «untar o frotar con aceite» y, por implicación, «consagrar para un oficio o servicio religioso»; y aleipho, que significa «ungir.”

¿Cuál es el origen de la unción? Se encuentra en una práctica de los pastores de ovejas. Piojos e insectos atacaban la lana de los animales y cuando llegaban cerca de la cabeza, hacían una madriguera en las orejas y esto las llevaba a la muerte. La solución que se encontró a este problema fue verter aceite en la cabeza de las ovejas y para hacer resbaladiza la lana, lo que hacía imposible que los insectos llegasen a las orejas. De esta manera, la unción ha llegado a ser símbolo de protección, bendición y empoderamiento.

En el antiguo testamento se registra la práctica de la unción sólo en cuatro circunstancias:

1. La unción de objetos sagrados dedicados a los cultos a Jehová:

Luego tomarás el aceite de la unción, y ungirás el tabernáculo y todo lo que hay en él; y lo consagrarás con todos sus utensilios, y será santo.

Éxodo 40:9

Y tomó Moisés el aceite de la unción y ungió el tabernáculo y todas las cosas que estaban en él, y las santificó.

Levítico 8:10

Este acto tenía como propósito apartar lo que se utilizaba en la adoración a Dios para que fuese usado solamente con ese fin. La unción era una forma de declarar públicamente que esos utensilios no eran comunes, sino que tenían un propósito santo y exclusivo en el servicio del tabernáculo.

Así aprendemos que la unción de objetos no tenía que ver con magia ni con poder humano, sino con consagración. Era una señal de reverencia y obediencia a la santidad de Dios, quien ordenaba que todo lo que se usara en su servicio fuese apartado de lo profano.

2. La unción para los profetas

…y a Eliseo hijo de Safat, de Abel-mehola, ungirás para que sea profeta en tu lugar.

1 Reyes 19:16

La unción de los profetas marcaba la elección divina para transmitir la Palabra de Dios al pueblo. No se trataba de una elección humana, sino de un acto que evidenciaba que la persona había sido apartada y respaldada por Dios para guiar espiritualmente a Israel.

En este sentido, la unción era la confirmación del llamado profético. No era un simple ritual, sino una demostración de que el Espíritu de Dios estaba con aquel hombre, capacitándolo para llevar un mensaje verdadero y con autoridad divina.

3. La unción para los reyes

Después Samuel dijo a Saúl: Jehová me envió a que te ungiese por rey sobre su pueblo Israel; ahora, pues, está atento a las palabras de Jehová.
1 Samuel 15:1, 17

y allí lo ungirán el sacerdote Sadoc y el profeta Natán como rey sobre Israel, y tocaréis trompeta, diciendo: ¡Viva el rey Salomón!

1 Reyes 1:34

Tomando entonces Samuel una redoma de aceite, la derramó sobre su cabeza (de Saúl), y lo besó, y le dijo: ¿No te ha ungido Jehová por príncipe sobre su pueblo Israel?

1 Samuel 10:1

La unción de los reyes mostraba que su autoridad no provenía solo del pueblo, sino que era reconocida y establecida por Dios mismo. Era una manera de declarar que aquel monarca debía gobernar en obediencia a los principios divinos y con la responsabilidad de guiar a la nación conforme a la ley de Jehová.

Este acto también simbolizaba el respaldo espiritual para gobernar. No bastaba con tener poder militar o político; el rey debía contar con el favor y la dirección del Señor, quien lo había escogido como líder de su pueblo.

4. La unción para los sacerdotes

Y con la sangre que estará sobre el altar, y el aceite de la unción, rociarás sobre Aarón, sobre sus vestiduras, sobre sus hijos, y sobre las vestiduras de éstos; y él será santificado, y sus vestiduras, y sus hijos, y las vestiduras de sus hijos con él.

Éxodo 29:21

Y derramó del aceite de la unción sobre la cabeza de Aarón, y lo ungió para santificarlo.

Levítico 8:12

La unción de los sacerdotes mostraba que habían sido apartados para servir en el altar y en la mediación espiritual del pueblo. Era una señal visible de que no podían desempeñar esta labor por mérito propio, sino porque Dios los había escogido y santificado.

Este rito les recordaba constantemente que su ministerio debía ejercerse en santidad. Cada vez que un sacerdote servía en el tabernáculo o en el templo, lo hacía como alguien que había sido apartado para ministrar únicamente para Dios.

5. La unción en el nuevo testamento

El el nuevo testamento encontraremos la palabra unción raramente. Los apóstoles Pablo, Pedro, Santiago, Judas, nunca hablaron de esto, ya que el servicio sacerdotal y profético habían terminado, y más allá de eso, la práctica de ungir finalizó con el nuevo pacto, veamos lo que nos dice Juan:

Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas.

1 Juan 2:20

Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él.

1 Juan 2:27

Esa unción está en nosotros, y no tenemos ningún tipo de necesidad de que se nos unja con aceite. La unción verdadera es la presencia del Espíritu Santo que guía al creyente a toda verdad, enseñándole y capacitándolo para permanecer en Cristo. No depende de rituales externos, sino de la obra interna y continua que Dios hace en el corazón de sus hijos.

Por eso, debemos comprender que lo que algunos llaman “unción” en un sentido místico o espectacular no corresponde al Nuevo Testamento. La Biblia nos recuerda que la unción verdadera es tener al Espíritu Santo en nuestras vidas, quien nos instruye, fortalece y santifica día a día.

Conclusión

Recordemos que la unción en el antiguo testamento nunca se vio como una poción mágica, sino que tenía un propósito específico, que son los cuatro que mencionamos anteriormente.

En el nuevo pacto, Cristo mismo es quien nos da esa unción por medio del Espíritu Santo. Esto significa que hoy no dependemos de aceites ni de ritos externos, sino de la obra poderosa del Espíritu en nosotros. La verdadera unción no se manifiesta en espectáculos emocionales, sino en una vida transformada y guiada por Dios.

Por tanto, no debemos dejarnos engañar por prácticas que no tienen fundamento bíblico. La unción que necesitamos ya está en nosotros si hemos recibido a Cristo como Señor y Salvador. Permanecer en Él, vivir en obediencia y dejar que el Espíritu Santo nos guíe es la evidencia de que la unción es real y verdadera en la vida del creyente.

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