En algunos países de Latinoamérica se está televisando la novela Moisés y los diez mandamientos y se ha desatado una fiebre muy fuerte con los televidentes: personas salen temprano de la iglesia, algunos han sustituido el Pentateuco por esta novela, otros están conociendo más a Moisés por la telenovela que por la Biblia. ¿No les parece increíble? Hermanos con años y años en la iglesia no saben nada de lo que dice la Biblia sobre Moisés, solo saben que dividió el mar en dos y que Dios le entregó los diez mandamientos, ¡esto es absurdo!
Nosotros no estamos en desacuerdo con las películas cristianas ni ninguna obra cristiana, ya que esta es una forma de llevar el evangelio, pero si estamos en desacuerdo cuando se tergiversa la historia y esto suele suceder en muchas de estas obras.
Lo peor es cuando el pueblo de Dios se toma más enserio una telenovela o una película que lo que dice la palabra de Dios. ¿Sabía usted que hay hermanos que les aburre leer su Biblia y supuestamente no tienen tiempo para leerla? Pero esos hermanos dedican dos horas diarias a ver esta novela.
He sido testigo de hermanos que cuando llega la hora de la telenovela dejan de hacer cualquier cosa por verla y esto representa un grave problema para la iglesia. ¿Recuerda usted que todo aquello que ponga por encima de Dios o le de más importancia, es un ídolo? La palabra de Dios habla en el libro de Hechos capítulo doce que por cuanto Herodes no dio la “gloria” a Dios murió. Esto es solo un ejemplo que el nuevo testamento nos da. Toda nuestra vida, todo lo que hacemos, debe ser para la gloria de Dios.
Cuando le damos el lugar de Dios a diferentes cosas, entonces estamos convirtiendo esas cosas en nuestro “pequeño ídolo”. Y muchos creyentes han hecho de la Telenovela “Moisés y los diez mandamientos” de un ídolo. No fuimos llamados para aprender la historias bíblicas de una telenovela, sino de la palabra de Dios. Es vergonzoso el saber que gran parte de creyentes ahora es que está conociendo más a fondo la historia de Moisés. ¡Hermanos, tenemos la Biblia! Es el tesoro más grande, el libro más increíble, son los pensamientos de Dios plasmados en un libro para nosotros. ¡Leamos nuestras Biblias!.
