Al día de hoy a satanás se le atribuyen muchos poderes o cosas que él no puede hacer, los cuales solo le pertenecen a Dios. A continuación vamos hablar sobre un tema muy popular en las calles y que gran parte de los cristianos de hoy lo han creído : ¿satanás lleva gente al infierno?
Es muy peculiar usted escuchar a personas predicando en las calles decir: «arrepiéntete para que satanás no te lleve al infierno» ¿Es correcto esto? A través de la Biblia aprendemos que satanás no tiene tal potestad, que solo Dios la posee:
Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas al alma no pueden matar: temed antes a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno. (Mateo 10:28)
¿Quién es el que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno?
Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.
(Apocalipsis 20:14-15)
¿Cree usted que satanás tendrá participación en aquel día de colaborar echando al infierno a aquellos que no están inscritos en el libro de la vida? De ninguna manera. El único que tiene toda la potestad, el dominio y el poder de hacer esto es el soberano Dios. Aquel día será una fiesta gloriosa donde el poderoso Dios hará justicia en toda la tierra y como señala Apocalipsis o Revelaciones 20:10:
Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.
También Apocalipsis 1:18 nos demuestra que el único que tiene la llave del infierno es Jesucristo:
Y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades.
¿Se imagina usted en aquel gran día a satanás lanzando gente al infierno? Él no tiene parte ni suerte en este acto tan solemne sino que el también será lanzado por los siglos de los siglos y será atormentado de día y de noche.
Cuando observamos con detenimiento las Escrituras, comprendemos que la figura de satanás ha sido distorsionada en la cultura popular. Se le suele representar como un ser con control sobre el infierno, un “carcelero” con potestad sobre las almas, pero la Biblia nunca enseña tal cosa. Muy por el contrario, la Palabra de Dios lo presenta como un ser caído, derrotado, cuya sentencia ya está escrita y cuyo destino final será el lago de fuego. Por esta razón es importante que los cristianos no repitan frases vacías que contradicen la verdad bíblica, sino que se afirmen en lo que está escrito.
El error de pensar que satanás tiene autoridad para llevar a alguien al infierno nace muchas veces de la ignorancia bíblica o de tradiciones humanas. Jesús mismo dejó claro en Mateo 10:28 que debemos temer a Dios y no al diablo. Solo el Señor tiene la potestad de dar vida y también de juzgar justamente. Por tanto, no es correcto temer a satanás como si él tuviera control sobre nuestro destino eterno, sino que debemos buscar a Cristo, quien con su muerte y resurrección nos asegura la victoria sobre el pecado y la muerte.
Además, Apocalipsis 20:14-15 revela que incluso la muerte y el Hades serán lanzados al lago de fuego. Es decir, todo aquello que representa separación y condenación tendrá su fin en las manos de Dios. Esto muestra que el enemigo no tiene dominio sobre el destino final del hombre. Por el contrario, él mismo será juzgado y condenado para siempre. De esta manera, queda claro que el temor reverente debe estar dirigido solo a Dios, el único soberano y justo juez.
También debemos recordar que Cristo tiene las llaves de la muerte y del Hades (Apocalipsis 1:18). Esta es una afirmación poderosa que nos enseña que Jesús tiene total autoridad sobre la vida, la muerte y la eternidad. Cuando depositamos nuestra fe en Él, podemos descansar seguros de que nada ni nadie podrá arrebatarnos de sus manos. La salvación, por lo tanto, no depende de satanás ni de sus engaños, sino del poder redentor de Jesucristo.
En conclusión, satanás no tiene poder para lanzar a nadie al infierno. Esa potestad pertenece únicamente a Dios. La Biblia nos invita a vivir en fe, confianza y obediencia a Jesucristo, el único que puede librarnos de la condenación eterna. Así, lejos de temer al enemigo, debemos permanecer firmes en la Palabra, sabiendo que nuestro futuro está seguro en las manos de Aquel que venció la muerte y reina por los siglos de los siglos. Esta verdad debe darnos paz, esperanza y motivarnos a compartir el evangelio con aquellos que aún creen en ideas equivocadas acerca del diablo y del destino eterno.