10 versículos para evangelizar

La evangelización es el corazón de la iglesia y como decía un predicador: si la iglesia no evangeliza se fusila. Hemos sido llamados a evangelizar (Marcos 16:16) y esto debe ser un trabajo de todos no de uno o dos, por lo cual toda la iglesia ha sido llamada a la evangelización. Compartir el mensaje de Cristo no es una opción, es un mandato divino que transforma vidas y nos recuerda la misión central del evangelio.

La evangelización no se limita a los pastores, líderes o misioneros, sino que es una tarea de cada creyente. Cuando compartimos la Palabra estamos obedeciendo a Dios y también sembrando semillas que darán fruto en el tiempo perfecto del Señor. La Palabra de Dios nos equipa, nos fortalece y nos da las herramientas para testificar con amor y poder. A continuación les dejamos 10 versículos claves que les ayudarán para evangelizar:

1 – Mateo 28:19-20

Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.

Este pasaje es conocido como la Gran Comisión, donde Jesús entrega la misión principal de la iglesia: ir y hacer discípulos. La evangelización no es solo hablar del evangelio, sino también enseñar y acompañar a las personas para que crezcan en la fe.

Aquí encontramos una promesa poderosa: Cristo mismo estará con nosotros en este proceso. No estamos solos cuando compartimos el evangelio, contamos con la presencia del Señor que nos da valor, guía y autoridad espiritual.

2 – Romanos 10:17

Así que la fe viene como resultado de oír el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de Cristo.

Este versículo nos recuerda que la fe nace cuando las personas escuchan la Palabra de Dios. La evangelización no se trata de convencer con palabras humanas, sino de proclamar el mensaje de Cristo que tiene el poder de transformar.

Por eso es tan importante predicar y enseñar la Biblia de forma clara y fiel. Cada vez que compartimos un pasaje, estamos dando la oportunidad para que la fe crezca en el corazón de alguien que necesita esperanza.

3 – Marcos 8:35

Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa y por el evangelio, la salvará.

Aquí Jesús nos enseña el costo del discipulado y la entrega necesaria para vivir el evangelio. La verdadera vida se encuentra cuando estamos dispuestos a perderla por amor a Cristo y a la misión que Él nos encomendó.

La evangelización implica sacrificio, pero también trae la mayor recompensa: la salvación y la vida eterna. Quien comparte el evangelio está participando en la obra más gloriosa del Reino de Dios.

4 – Isaías 12:4

En aquel día se dirá: Alaben al Señor, invoquen su nombre; den a conocer entre los pueblos sus obras; proclamen la grandeza de su nombre.

El profeta Isaías nos anima a proclamar las obras del Señor y a reconocer su grandeza. Evangelizar es también alabar públicamente a Dios y testificar de lo que Él ha hecho en nuestra vida.

Cuando compartimos nuestras experiencias de fe, estamos cumpliendo este mandato: hacer que las naciones conozcan el poder y el amor del Señor. Nuestro testimonio personal es una poderosa herramienta de evangelización.

5 – Juan 13:35

De este modo todos sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros.

El amor es la marca distintiva de los discípulos de Cristo. La evangelización no se trata únicamente de palabras, sino de demostrar con hechos el amor de Dios hacia los demás.

Cuando la iglesia vive en unidad y amor, el mundo puede ver a Jesús reflejado en ella. El amor genuino abre puertas para predicar el evangelio y muestra que el mensaje de Cristo es verdadero.

6 – Colosenses 1:27

A éstos Dios se propuso dar a conocer cuál es la gloriosa riqueza de este misterio entre las naciones, que es Cristo en ustedes, la esperanza de gloria.

Este versículo revela el misterio del evangelio: Cristo en nosotros, esperanza de gloria. La evangelización consiste en anunciar esta verdad a todas las naciones.

Cada creyente lleva dentro de sí la presencia de Cristo, y compartirlo con otros significa mostrarles que también ellos pueden recibir esta esperanza que no falla.

7 – Ezequiel 38:23

De esta manera mostraré mi grandeza y mi santidad, y me daré a conocer ante muchas naciones. Entonces sabrán que yo soy el Señor.

En este pasaje Dios promete manifestar su grandeza ante las naciones. La evangelización es un reflejo de esa obra divina, porque al predicar proclamamos la santidad y el poder del Señor.

Cada vez que el evangelio es anunciado, Dios mismo se da a conocer. Nosotros solo somos instrumentos, pero es el Señor quien toca los corazones y abre el entendimiento.

8 – 1 Corintios 2:2

Me propuse más bien, estando entre ustedes, no saber de cosa alguna, excepto de Jesucristo, y de éste crucificado.

El apóstol Pablo nos muestra aquí la centralidad del mensaje del evangelio: Jesucristo crucificado. La verdadera evangelización no gira en torno a filosofías humanas, sino en anunciar la obra redentora de Cristo.

Nuestra predicación debe mantenerse enfocada en la cruz, porque es allí donde se manifiesta el poder de Dios para salvación. Todo lo demás es secundario frente a esta verdad eterna.

9 – Mateo 4:17

Desde entonces comenzó Jesús a predicar: «Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca.

Jesús inició su ministerio con un llamado al arrepentimiento. La evangelización no se trata solo de anunciar bendiciones, sino de invitar a un cambio de vida que honre a Dios.

El arrepentimiento abre la puerta para entrar al Reino de los cielos. Compartir este mensaje es vital para que las personas comprendan la necesidad de reconciliarse con Dios.

10 – Tito 2:1

Tú, en cambio, predica lo que va de acuerdo con la sana doctrina.

El apóstol Pablo instruye a predicar conforme a la sana doctrina. La evangelización no puede basarse en ideas personales ni modas, sino en la verdad pura de la Palabra de Dios.

Mantenernos firmes en la doctrina sana asegura que el mensaje que compartimos sea auténtico, fiel al evangelio y capaz de producir vida espiritual en quienes lo escuchan.

Conclusión

La evangelización es un mandato divino y un privilegio para cada creyente. A través de estos versículos vemos cómo Dios nos llama a proclamar su nombre, a compartir la buena noticia de Cristo y a vivir en amor para que otros vean reflejada su luz en nosotros.

Que cada palabra compartida, cada testimonio dado y cada acción realizada sea para la gloria de Dios y para que más personas lleguen al conocimiento de la verdad. Cumplir con la evangelización es extender el Reino de los cielos en la tierra y ser fieles al llamado de nuestro Señor Jesucristo.

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