Tenemos muchos miembros en nuestras iglesias que ni siquiera saben para qué han sido llamados, ni siquiera saben qué pueden aportar para el avance del reino de Dios aquí en la tierra. Creo que esta es una pregunta muy importante, ya que existen aquellos miembros que piensan que asistir a la iglesia la semana completa es suficiente.
Todos nosotros tenemos un «llamado general» el cual es predicar el Evangelio (Marcos 16:15) y tenemos que llevarlo a cabo luego de un proceso de capacitación durante la vida cristiana.
Recientemente le hice la siguiente pregunta a un miembro de la iglesia a la que pertenezco: ¿sabes cuál es tu ministerio o llamado? Él me respondió sonriendo: «nunca me había hecho esa pregunta». Precisamente por esto escribo este artículo, porque existen muchos hermanos que nunca se han hecho esta pregunta. Servir al Señor no es algo tonto, cada persona tiene una función en una empresa, por lo tanto, de igual forma, cada persona dentro de la iglesia tiene un llamado de Dios y una función que ejercer en la casa del Señor. Cada hombre en la Biblia tuvo un llamado de parte de su Creador.
He escuchado en un video de Leonard Reavinhill la historia de un predicador llamado Dumas; este predicador era bajo de estatura, era negro y muy poco letrado. Un día llegó a la iglesia de un pastor y le dijo que quería predicar dentro de su iglesia, el pastor le dijo que le avisaría, pasó un tiempo y el pastor nunca le avisó, de manera que el hermano regresó nuevamente a pedirle una Iglesia para predicar. El pastor se dio cuenta de que el hermano Dumas no sabía ni siquiera expresarse bien, por esto lo juzgó y no queria darle el púlpito. Dumas decidió irse a un monte a estar con el Señor durante 21 días y 21 noches sin comer ni beber nada, y todo esto para hacerle una sola pregunta al Señor: «¿Me has llamado al ministerio? Dumas testificó que el día número 21 sintió una respuesta de parte de Dios y fue que Él lo había llamado a predicar. Luego de esto el pastor le entregó una iglesia de pocas personas para que predicara, con la expresión: «se cansarán de él».
Algo muy importante que sucedió fue que la iglesia dónde predicó Dumas tuvo un crecimiento tan grande que sobrepasó la iglesia del pastor letrado.
Hermanos, esto es una forma de alentarte para el ministerio, que te hagas la misma pregunta que Dumas: ¿A qué he sido llamado? ¿para qué me necesita Dios en su reino? y no pongas por excusa que eres poco letrado, o que tienes algún desperfecto, puesto que Dios no mira las buenas cualidades que haya en nosotros, sino sus propósitos.