El termino «guerra espiritual», ha sido muy usado en las iglesias evangélicas, mayormente en las iglesias pentecostales. Este tema ha causado conflicto entre las diferentes denominaciones, ya que hay quienes dicen que las guerras espirituales no son bíblicas. Independientemente de los diferentes pensamientos que se hayan creado a través de la historia de la iglesia, la pregunta que debemos de hacernos es : ¿Qué nos dice la Biblia sobre la famosa guerra espiritual?
Siempre encontraremos diversos términos que estamos acostumbrados a utilizar, la Biblia no nos hablará de ellos directamente, y este es el momento donde debemos escudriñar las sagradas Escrituras.
Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;
Juan 5:39Reina-Valera 1960
La noción de guerra está relacionada con términos como combate, batalla, lucha, pelea o enfrentamiento. Entonces, diríamos que una guerra espiritual es una batalla o enfrentamiento de un creyente contra una fuerza negativa.
Dentro de este tema podemos clasificar dos grandes grupos: Los que creen de manera Bíblica y los que creen de la forma que no se sujeta a las Escrituras. Además de clasificar estos dos grupos de creyentes, también haremos un análisis de Cristo y satanás, llegando al punto de ver si aquello que Jesús atravesó fue una guerra espiritual.
1- Los que creen de manera Bíblica
Los que creen en el término «guerra espíritual» se basan en diferentes pasajes de las Escrituras, los cuales vamos ha citar a continuación:
11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.
12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
Efesios 6
En este verso podemos encontrar algo muy importante que el autor especificó: «Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados». Lo que el Apóstol está diciendo en este verso es que nuestra lucha no es contra aquellas personas que nos hacen la vida imposible, o contra nuestros familiares que no desean que seamos evangélicos, o con todo aquello que se nos enfrente en este mundo caído, nuestra verdadera lucha es «contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes».
¿Que son huestes?
Durante la Edad Media, una hueste era una voz militar técnica que definía la reunión transitoria de mesnadas y gente de guerra (soldados), compuestas de infantería y caballería. Las tropas podían ser convocadas por reyes, señores.
Entonces, a la luz de todo este pasaje podemos examinar que el creyente sí tiene una lucha contra seres espirituales de maldad, en pocas palabras, estamos diciendo que el creyente tiene una «guerra espiritual», y al usar el término «espiritual» es obvio que dicha lucha no es contra un ser humano. El apóstol Santiago también cita lo siguiente: «Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros»(Santiago 4:7). Si vamos a resistir algo, es porque estamos sosteniendo alguna clase de guerra contra ese algo, como aquello que el Apóstol Pablo expresa:
Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.
Gálatas 4:17
¿Por qué esta guerra entre la carne y el Espíritu? Usted se dirá que esta versión no tiene nada que ver con lo expuesto. De una u otra forma sí lo podemos usar, puesto que la carne termina siendo influenciada por otras fuerzas, que es lo que nos conlleva a pecar, para que no hagamos lo que Dios quiere, por esto el Apóstol Santiago habla de «resistid al diablo».
Al igual que estos versos, también encontraremos en el antiguo testamento, como lo es el caso de Daniel:
Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia.
Daniel 10:13 Reina-Valera 1960
¿Acaso detrás de el príncipe de Persia no se ocultaba una fuerza mayor que lo conducía a oponerse? Diría que sí, de tal manera que la fuerza humana de Daniel no es suficiente y el soberano Dios le envía ayuda desde los cielos.
En este punto diríamos que el creyente sí tiene una «batalla espiritual contra el maligno».
2- Los que creen de la manera que no se sujeta a las Escrituras
Sobre esto también hay mucho de que hablar, muchas denominaciones usan el término «guerra espiritual» de manera muy equivocada. Se paran en el altar y pronuncian diferentes nombres de demonios para reprenderlos, de manera que esto se convierte en una rutina, y siempre sienten que hay altares encendidos alrededor contra la iglesia del Señor Jesucristo, que esos demonios en el momento están luchando para que la iglesia no busque al Señor. La Biblia nos habla de «resistid», no de que hagamos una lista de demonios para reprenderlos.
Muchas veces esto llega a convertirse en que cuando van a la casa de Dios no es para cumplir el siguiente mandato Biblíco:
4 Entrad por sus puertas con acción de gracias,
Por sus atrios con alabanza;
Alabadle, bendecid su nombre.Salmos 100:4 Reina-Valera 1960
Sino que se convierte en un lugar de sostener «guerras espirituales» de la manera incorrecta. Cuando vamos a la casa de Dios es para ser edificados, para orar juntos, para ser fortalecidos, para cantar cánticos a nuestro Dios.
Otro acto que usan en muchas denominaciones, es poner aceite sobre la puerta de su casa para que Dios guarde la familia de todo mal y esto lo comparan con aquello que nos menciona el Libro de Éxodo, cuando Dios dio mandato de poner sangre sobre las puertas para cuando pase la muerte no muriera ninguno de ellos. Pero debemos de entender que en el nuevo testamento no nos da mandato de hacer este tipo de cosas, solo nos dice que nos revistamos de las armaduras de Dios y resistamos a satanás y les aseguro que esta será la única forma en que huirá de nosotros.
Además de esto, este grupo cree que todo lo que le sucede es una guerra espiritual, hasta lo más insignificante es obra del enemigo. Cosas como: «no encontré carne en el súper mercado», «me cerraron el banco», «me cayó una herramienta en el pies». De manera que, hay muchas cosas que no tienen nada que ver con una «guerra espiritual», sino que son creadas por nuestra propia manera de errar como humanos.
La guerra espiritual de Cristo y satanás en el desierto
En el capítulo 4 del Libro de Mateo encontraremos un escenario dónde el mismo Cristo tiene un enfrentamiento con satanás:
2 Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre.
3 Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.
Mateo 4
Jesucristo en el mimso momento en que había finalizado un ayuno de cuarenta días y cuarenta noches, iniciaba una gran batalla contra satanás donde de una u otra forma el enemigo intenta desviar a Cristo del propósito de Dios, y nótese algo muy importante, que la forma en que el enemigo batalla con Jesús es através de la misma palabra de Dios.
Es de mucha importancia este capítulo, porque en él podemos comprender de qué manera el enemigo trata de desviarnos en cada momento del gran propósito de nuestro Creador, ya sea al principio o al final, siempre intentará alejarnos de Dios, porque sabe que le queda poco tiempo.
El mismo Cristo sostuvo siempre una guerra espirítual en todo su ministerio y de la misma manera nosotros como creyentes siempre estaremos sosteniendo este tipo de batallas.
Anímese cada unos de ustedes, porque el que está con nosotros ha de preservarnos victoriosos hasta el fin.