Experiencia de John Piper sobre las doctrinas de la gracia y el Calvinismo

John Piper

(www.desiringgod.org) — Calvinismo. Uno de los temas más controversiales en la iglesia en estos tiempos. En el siguiente video John Piper comparte el por qué las doctrinas de la gracia han sido de las más preciosas y prácticas verdades de su ministerio. El mismo John Piper nos cuenta que un calvinista no es lo que la mayoría de las personas creen, que no siente pasión por Dios ni la oración, sino que en su vida ha sido diferente, pues él ha podido ver día a día el poder de Dios en la iglesia que pastorea y en su vida. 

Veremos como él nos habla del cáncer que le pronosticaron en el año 2005, y como esta y otras pruebas les han mostrado el amor y la soberana gracia de nuestro poderoso Dios:

El modo como Dios usa nuestras tragedias es transformándolas en bendición para otras personas que también están en estas situaciones. Por eso el nunca desperdicio ninguno de nuestros sufrimientos.

A continuación les dejamos este video Las Doctrinas de La Gracia subtitulado en español y su transcrito al final.

Las doctrinas de la gracia de Dios son mi vida. La fuente de mi vida, la alegría de mi vida, el fundamento de mi vida, la esperanza, el fin, el objetivo de mi vida. Estas doctrinas han sido el centro de mi ministerio pastoral en la Iglesia Bautista Belén en los últimos treinta y tres años. Es una iglesia ubicada en el centro de la ciudad, no en sectores residenciales, sino que en un lugar donde existen problemas únicos.

La iglesia está pocas cuadras del estadio de fútbol Metrodome, en uno de los barrios más pobres de la ciudad. Nos han lanzado piedras por las ventanas, habido peleas en nuestro jardín, disparos en la calle, robos de las bicicletas de nuestros niños.

Sin embargo, en el centro de la voluntad de Dios es el lugar más seguro en el mundo, pues la voluntad de Dios es graciosa y soberana.

Estas calles, ese barrio, toda esa diversidad y todos esos problemas sin fin han sido el campo de pruebas, las trincheras de las doctrinas de la gracia en los últimos 33 años; y yo no tengo dudas de que lo que nos sustentó fue la hermosura y la verdad de las doctrinas de la gracia.

Otro nombre para las doctrinas de la gracia es calvinismo. Todos nosotros sabemos que, para muchos calvinismo tiene una mala connotación. Las personas piensan que los calvinistas son fríos, conducidos por la lógica un más sistemáticos que bíblicos; que ellos no oran, ni creen en evangelismo en misiones.

Sin embargo, históricamente y en mi experiencia; este no es el caso para mi iglesia, para los discapacitados de mi iglesia, para los jóvenes, para los ancianos, para los que sufren y para los que están bien. Éstas doctrinas han sido nuestra vida y para mí ellas son un dulce tesoro.

Yo vine a la iglesia Bautista Belén por causa de la absoluta soberanía de la gracia de Dios. Yo hacía clases en la universidad y estaba escribiendo un libro sobre Romanos 9, capítulo que está lleno de la soberanía de Dios. Y uy que Dios me dijo: «no seré apenas explicado y analizado. Seré proclamado en toda mi gran soberanía».

Entonces renuncie a la universidad Bethel y asumí el pastorado en una moribunda iglesia de 109 años, porque yo quería saber qué ocurría si semana tras semana yo anunciaba la gran y gloriosa soberanía de Dios.

Yo quería ver sus efectos en todas las arias de la vida, de la experiencia humana, Expirience en los niños, adolescentes y adultos; casados y solteros; felices, quebrantados y abatidos; todos los tipos de etnia y situaciones socioeconómicas.

Yo quería saber: ¿será que esta visión de Dios tendrá efecto en todo tipo de persona?

En el día 1 de enero de 1984, prediqué un sermón sobre Isaías seis. Yo simplemente quería exaltar la bella, soberana y gloriosa santidad de Dios. Prediqué sin saber que allí estaba presente una familia cuyas hijas habían sido abusadas durante dos años por un tío que era parte de nuestra iglesia, lo que se había descubierto hace poco.

Dos semanas después, el padre de familia se me acercó cuando me enteré del caso (estábamos intentando acogerlos como iglesia, cuidar de las niñas y garantizar que se diera aviso a las autoridades pertinentes).

El me dijo: «John, si no fuera por la grandeza de la gloria de la santidad de Dios en tu sermón, creo que no habríamos sobrevivido esas semanas». Pero estoy fuertemente con vencido, por este y otros millares de ejemplos, de que esas doctrinas realmente deben ser vividas y amadas en los peores y mejores momentos.

Si usted ama las doctrinas de la gracia las vive y las anuncia a otros, usted puede tener certeza de que su hora está llegando: usted vivir a su propia tragedia.

En el 2005, mi médico me dijo: «Padeces de cáncer de próstata. Quiero conversar sobre esto contigo y con tu esposa para que veamos las opciones».

Seis semanas después se me realizó una cirugía. Los meses entre el diagnóstico y las cirugías fueron los más dulces en comunión con Dios que haya experimentado jamás. Es así que funciona. Los momentos más difíciles en nuestras vidas acaban siendo los mejores, pues Dios es bueno, Dios es gracioso, Dios es precioso cuando estamos prontos a perder la vida.

El modo como Dios usa nuestras tragedias es transformándolas en bendición para otras personas que también están en estas situaciones. Por eso el nunca desperdicio ninguno de nuestros sufrimientos.

Si usted pastor, profesor, madre, padre soltero en un grupo de amigos Y quiere anunciar las doctrinas de la gracia de Dios, recuerde: ellas son infinitamente valiosas porque no sólo dan sustento durante las tragedias a través del sufrimiento, si no que también (nosotros lo vivimos en la iglesia Belén centenares de veces) dan a las personas poder y coraje para realizar actos de amor radicales y arriesgados, como misiones o ministerios urbanos. Por lo tanto, no se trata sólo de superar los peores momentos sino de entregar los supuestos «mejores momentos de la vida» para hacer aquello que corresponde a las grandes obras del amor por Dios.

Por eso, yo oro para que Dios haga de las doctrinas de la gracia tu vida, la fuente de tu vida, el fundamento de tu vida, la alegría y la esperanza de tu vida.

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