(www.illbehonest.com) — Aquí les traemos una explicación dada por el pastor Paul Washer acerca del atavío de una mujer cristiana. Él nos dice lo siguiente:
Si tu ropa es un marco para tu cara, desde donde la Gloria de Dios debe brillar, es apropiada. Si tu ropa llama la atención hacia tu cuerpo, para mostrar su figura, para que se note, entonces es sensual.
La mujer antes de salir de su casa debe de considerar su vestimenta para ver si no ofende a Dios con la misma, no se trata de legalismo, se trata de guardarnos puros para Dios. Sabemos que este es un tema muy conflictivo, ya que muchos pensamos de maneras distintas y se generan discusiones. Pero el propósito de esta publicación es traer este tema de 4 minutos expuesto por nuestro pastor Washer para que usted sea edificado. Hay un transcrito en español después del video:
Así mismo, quiero que las mujeres se atavíen. Ahora, él quiere que las mujeres se atavíen. ¿Sí? Así que el ataviarse no es malo. Pero ese atavío, vamos a ver lo que dice el versículo 10, son las buenas obras, la piedad, un espíritu apacible y sumiso. Ahora… Continuemos. Él dice: “quiero que las mujeres se atavíen con ropa apropiada.” Eso me dice que hay ropa que no es apropiada para una mujer cristiana. ¿De acuerdo? O sea, es pura lógica. Hay ropa que no es apropiada para una mujer cristiana. Ahora, él dice que la ropa debe ser “modesta”. Esto es muy importante, literalmente dice: “ropa apropiada con modestia” así es como dice en el texto original. Así que, con modestia. Mi esposa, tiene algo muy bueno que dice. Ella dice: “Si tu ropa es un marco para tu cara, desde donde la Gloria de Dios debe brillar, es apropiada.” Si llama la atención hacia tu cara. Si tu ropa llama la atención hacia tu cuerpo, para mostrar su figura, para que se note, entonces es sensual- es sensual. Lo que estás haciendo está mal. Ahora, quiero cambiar de tema por un momento.
Mujeres, necesitan entender algo. Los hombres no son tan tontos como ustedes piensan. Mi esposa y yo tenemos una amiga en Illinois Y ella es una dama muy bonita, muy bonita. Si ella entrara por esta puerta justo ahora, cada hombre en este lugar, si volteara hacia allá y la viera, esto es lo que diría: “Pues ella es una dama muy bonita.” “Ella es una dama muy elegante.” “Ella es una dama hermosa.” Y eso es lo que pensarían. Pero damas, también hay mujeres que no son ni la mitad de atractivas que la dama que les acabo de describir. Ya sea en su rostro o su cuerpo. Que podrían entrar por esa puerta. Y en el momento en que cada hombre escuchara la puerta abrirse y voltearan para allá, Si fuera un hombre piadoso, él tendría que voltearse hacia otro lado. Porque no es belleza. Es sensualidad. Y a pesar de que no se pueden escribir reglas con exactitud y ponerlas en un papel. Cuando la ves, la reconoces. Hay una diferencia entre belleza y sensualidad. Y Dios no está en contra de la belleza. Está en contra de la sensualidad.
En Flipenses se nos dice que pensemos en lo que es excelente, lo noble lo que es justo lo bueno lo verdadero. La manera que una mujer se comporta y la manera en que se viste, deberían promover las siguientes palabras. Modestia. Discreción. Sabiduría. Belleza. Elegancia. Refinamiento. Pero no: Sensualidad. Lujo. Extravagancia. Tú lo sabes, extravagancia, damas, es cuando tu esposo quiere que te quites tus aretes para poder hacer anzuelos de ellos para pescar southern pike (pez).
Ahora, damas, les he estado dando muchas tareas a sus esposos. Déjenme darles una a ustedes. Busquen lo que esto significa y vayan a donde sea que el Señor les muestre. No hay nada más atractivo que una mujer que tiene este aspecto de sabiduría y discreción y nobleza y sencillez. Sencillez. Simplemente hay una belleza sencilla en ella.
1 comment on “¿Cómo debe ataviarse una mujer cristiana?”
Excelente, solo cambiaría la palabra ataviarse por vestirse, pocos saben lo que ataviarse significa, creo que como cristianos debemos ajustar nuestra manera de hablar para que todos puedan entender lo mejor posible, porque a veces parece que hablamos en otro idioma, y como dijo Pablo: «pero en la iglesia prefiero hablar cinco palabras con mi entendimiento, para enseñar también a otros, que diez mil palabras en lengua desconocida.» 1 de Corintios 14:19