El poder de la palabra de Dios

(Joseph Montás, adaptado por www.mimejoralabanza.com) — Es un placer para mí poder compartir a través de este medio la palabra más importante y eficaz que hemos podido oír en nuestras vidas. Quizás usted que lee este artículo ha escuchado varios discursos, tanto políticos, como económicos o cualquier clase de palabras que hemos podido escuchar de diferentes hombres, muchas de estas palabras han podido causar un efecto en nuestras vidas, tanto en el sentido positivo como en el sentido negativo.

A cada cosa le damos la importancia que nosotros creemos que se merece, a cada palabra le damos la atención que creemos que se merece. Pero a través de los tiempos la palabra de Dios sin duda alguna ha causado un efecto que ninguna otra palabra puede causar sobre una vida, y este es el punto donde debemos de detenernos por un momento para hacer un análisis de qué importancia le damos a esa palabra dentro de nuestros corazones, dentro de nuestras iglesias. Sabemos que en el principio Dios creó los cielos y la tierra por el poder de su palabra, ahora bien, nosotros como predicadores, como pastores, como iglesias, tenemos el gran reto de creer que esa palabra tiene el poder suficiente para ser una regla de fe y conducta, nuestra doctrina y que no necesitamos de ningún otro método para atraer a los hombres, sino que esa palabra puede producir algo que es diferente a todas las demás palabras que hemos escuchado.

Antes de considerar nuestro texto quisiera expresarles cuanto ha costado a los hombres de Dios a través de los tiempos llevar esta palabra, creer en ella sin importar que les pueda costar, porque ellos creían que todo lo que dice es menester obedecerla antes que a los hombres. Si vamos un momento a la historia de la iglesia nos daremos cuenta que los apóstoles, los profetas, los reformadores; tuvieron en común un mismo propósito y ese propósito era hacer entender a la humanidad que la palabra revelada por Dios permanece para siempre y que tiene suficiente poder para transformar a un alma, que es suficiente para enseñarnos los argumentos de nuestra fe.

En el tiempo de la reforma yendo un poco a Martín Lutero, que fue un monje que a través de la Palabra de Dios transformó a la iglesia de Alemania, siendo un tiempo donde hablar en contra de las costumbres de los papas les costaba hasta la vida, el mismo monje reformador Martín Lutero expresó: “Si me dieran mil cabezas, todas las daría por Cristo antes que negar el evangelio”. De esto se trata queridos hermanos, creer en esta palabra aunque todo un planeta se levante en nuestra contra y si eres un hombre de Dios apasionado por su Palabra recuerda que esto tiene un precio, esto tiene un precio.

El Apóstol Pedro dijo:

Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;

2 Pedro 1:19

A Pedro podemos encontrarlo en varios escenarios en la Biblia, tanto de inmadurez como de una gran capacidad espiritual e intelectual. Podemos ver en el libro de Hechos como este hombre se levanta y a través de la Palabra de Dios más de 8 mil personas son traídas a los pies de Cristo.

Ya para entrar en materia con nuestro tema, vamos a dividir el pasaje bíblico que citamos anteriormente en 4 puntos:

I- Tenemos la palabra profética

Me gusta mucho el posesivo “tenemos”, y es grandioso saber que tenemos esta palabra profética. Profética porque ha sido revelada por el mismo Dios a los hombres. Y precisamente aquí podemos alegar una vez mas que esta palabra es inspirada por el Espíritu Santo y que no son dogmas creados por hombres para alcanzar nivel de fama, sino que el mismo Dios inspiró a un grupo de hombres para dejarnos escritas sus leyes, sus propósitos y edificarnos a través de la misma.

Cada cosa que Dios nos ha dicho a través de este libro Él la ha cumplido, ha tenido éxito en cada una de las cosas que ha hablado. Dios ha sido exitoso en cumplir cada una de sus profecías y nos gozamos mucho en esto, de que Dios es e fiel.

II- Es la palabra más segura

Todas las palabras expresan seguridad, sin embargo esta es la palabra más segura, como lo expresa el apóstol en nuestro texto. “La palabra más segura”. Hemos escuchado muchos discursos políticos donde nos ofrecen mil cosas con el fin de conseguir un voto a su favor, a ellos no les importa cumplir aquello que prometen, solo les interesa su propio vientre, enriquecerse más y más y suprimir a la sociedad. De la misma manera un amigo o tu pareja quizás te ha prometido cosas y se ha olvidado de eso, y esto nos demuestra la inseguridad que puede existir en las palabras de los hombres. Por tal razón el apóstol nos está diciendo que esta palabra que tenemos es segura, que no nos defrauda, que es infalible, que es la palabra más segura a la cual nosotros podemos acudir es a la Palabra de Dios.

Quizás en este punto pudiera hablar de muchas cosas, por ejemplo:

– Si la palabra de Dios es la más segura entonces ella es útil para todo:

Toda la escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, 17- a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para buenas obras.

2 Timoteo 3:16

Esta palabra es la más segura y si es la más segura entonces a la hora de tomar desiciones debe de ser nuestro primer norte. Debemos de olvidarnos de tantos métodos y dogmas que creen los hombres para supuestamente hacer crecer a la iglesia. En la era en que vivimos el Marketing, la psicología y un montón de tantas cosas carnales ha echado a un lado este libro y Dios nos llamará a cuenta por eso. Muchas personas dicen: “¡Oh!, tenemos que hacer lo que ellos hacen para poder atraerlos”, cuanta herejía podemos encontrar en estas palabra, y quiero decirte que lo único que necesitamos para atraer a los hombres es la Palabra infalible de Dios, ella es suficiente, ella no necesita ayuda de la psicología del mundo ni del marketing, ella tiene suficiente poder para transformarnos.

Si supiéramos la lucha que ha costado a la iglesia mantener la Palabra de Dios, aunque muchas de ellas se han apartado buscando métodos «más eficaces». Esto lo vemos en el siglo 19 donde la UNIÓN BAUTISTA piensa en unir doctrinas y buscar nuevos métodos y la mayoría de votos fue a favor de tal unión. Tratemos de que nadie nos haga cambiar de parecer.

III- Hacéis bien en estar atentos

Tenemos que estar atentos a esta palabra así como Dios le pidió a Josué que medite de día y de noche en el libro de la ley.

Muchas veces nos aburre escuchar un sermón muy bíblico y nos aburre más cuando dura un tiempo prolongado.

Charles Spurgeon dijo:

Hay apatía en todas partes. A nadie le preocupa saber si lo que se predica es verdad o mentira. Un sermón es un sermón, sin importar su tema; pero eso si, mientras mas corto sea, mejor.

Se nos hace tan difícil escuchar por lo menos una hora un sermón, sin embargo, se nos hace tan fácil escuchar y ver una película por dos largas horas, sin quejarnos, sin pasearnos y sin preguntar que cuando es que se va acabar.

IV- Es un antorcha que alumbra en la oscuridad

La Palabra de Dios es a nosotros en los tiempos difíciles lo que es una antorcha a un camino oscuro en la noche: Gracias a la luz de la antorcha, podemos ver el camino en una noche oscura. De la misma manera, la Palabra de Dios es una guía que alumbra nuestro camino. Y esto ya estaba escrito en el libro de los salmos:

Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.
Salmo 119:105

Amado hermano que ha leído este artículo, esperamos que esta lectura haya sido de gran ayuda y que la Poderosa Palabra de Dios siga iluminando y guiando su camino.

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