Miley Cyrus dice: «Lo cristianos creen en cuentos de hadas»


Miley Cyrus
Hemos escuchado bastante sobre Miley Cyrus o Hannah Montana la cual en el año 2006 alcanzó mucha popularidad por interpretar el papel de Miley Stewart en la serie original de Disney Channel, Hannah Montana, nombre bajo el cual grabó la banda sonora de sus cuatro temporadas. Con el éxito de esta franquicia, se convirtió en un ídolo adolescente.

Esta joven llegó a convertirse en un ídolo en muchos de los adolescentes y jóvenes, pero vayamos por un momento a sus creencias. Mientras buscaba información sobre la misma pude encontrar algo donde se habla de lo que ella cree:

En 2012 causó polémica al decir vía Twitter «Todos son polvo. No podrían estar aquí si las estrellas no hubieran explotado, porque todos los elementos (carbono,nitrógeno,oxígeno, todas las cosas que importan para laevolución) no fueron creados en el principio de los tiempos, fueron creados en las estrellas. Así queolvídense de Jesús. Las estrellas murieron para que ustedes puedan vivir». Esto causó gran enojo con sus admiradores.

Saquemos de esto algunas de las palabras que más enojo causó sobre sus admiradores:
«No fueron creados en el principio de los tiempos, fueron creados en las estrellas».

«Así que olvídense de Jesús. Las estrellas murieron para que ustedes puedan vivir».

A través de estos comentarios vemos como la artista y actriz Miley Cyrus niega el sacrificio de Cristo en la cruz y la creación de Dios de todas las cosas en un principio.

Recientemente Cyrus dijo:

“Esas personas, los que creen que, por ejemplo, que el Arca de Noé fue una verdadera nave marina, eso es una locura”, dijo. “No han superado ese cuento de hadas, como no han superado lo de Santa y el hada de los dientes”.

Estas personas viven negando a Dios cada momento que tienen la oportunidad de hacerlo, pero aún así tienen millones de fans que se mueren por escucharles.
El libro de romanos capítulo 2, verso uno y dos nos dice:

Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo.

Mas sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas es según verdad.

Estas personas viven confundidos, y no solo eso, si no que quieren confundir más personas a través de sus pensamientos diabolicos. Cyrus se ha convertido en una persona muy famosa, pero a pesar de esto ella se ha envanecido en su fama y ha querido menospreciar las enseñanzas de la Biblía.

Contexto cultural y responsabilidad del influencer

La cultura popular tiene un enorme poder formativo, especialmente cuando los artistas alcanzan fama en la niñez y continúan influyendo sobre quienes crecieron viéndoles. Esto plantea una responsabilidad ética: cuanto mayor es la plataforma, mayor es el impacto de sus declaraciones. Un comentario polémico no queda en lo privado; resuena en titulares, aulas y conversaciones familiares. Por eso, como creyentes, es prudente examinar ideas y no solo personas, evaluar afirmaciones y no únicamente emociones. La Escritura invita a “examinarlo todo; retened lo bueno” (1 Tesalonicenses 5:21), un principio que aplica a cualquier discurso público, provenga de artistas, científicos o líderes religiosos.

Ciencia, fe y los límites de cada lenguaje

Muchas controversias nacen de confundir ámbitos. La ciencia describe cómo funciona el mundo físico: procesos, elementos, causas segundas. La fe bíblica revela el por qué y el para qué último de la realidad: propósito, sentido y relación con el Creador. Afirmar que ciertos elementos químicos se originan en procesos estelares no niega, por sí mismo, que Dios sea el autor de todo. De igual manera, la declaración cristiana sobre la creación no pretende sustituir la investigación empírica, sino afirmar que detrás de toda regularidad hay una voluntad soberana. Reducir la discusión a consignas (“olvídense de Jesús”) empobrece ambos diálogos, cerrando puertas a preguntas serias.

Discernimiento cristiano ante mensajes virales

Cuando una figura famosa ridiculiza la fe, el creyente puede responder con tres acciones prácticas: 1) no reaccionar con odio ni burla; el respeto comunica más que un grito. 2) contrastar afirmaciones con fuentes confiables: Biblia, historia de la iglesia, y buenos recursos de apologética. 3) aprovechar la coyuntura para enseñar a los jóvenes a pensar críticamente: ¿Qué suposiciones hay detrás de la frase? ¿Qué evidencia respalda esa postura? ¿Hay alternativas razonables? Estas preguntas entrenan mentes y protegen corazones, transformando la ofensa en oportunidad educativa.

Orientación para padres y líderes juveniles

Padres y mentores pueden acompañar a los adolescentes con conversaciones regulares sobre lo que consumen en redes. Preguntar “¿qué opinas de esto y por qué?” abre diálogo sin imponer. Presentar testimonios de científicos creyentes, artistas cristianos y pensadores que integran fe y razón ayuda a desmontar la falsa dicotomía entre creer y pensar. También es útil establecer hábitos: leer la Biblia juntos, orar, analizar noticias desde una cosmovisión bíblica y servir al prójimo. La fe crece cuando se vive, no solo cuando se defiende en teoría.

Preguntas frecuentes

¿Debemos dejar de escuchar toda música de artistas que critican la fe?

Es una decisión de conciencia. Algunos optan por apartarse para no promover mensajes contrarios al evangelio; otros escuchan con filtros críticos. Sea cual sea la decisión, que esté guiada por la edificación, la paz y la coherencia personal.

¿Cómo responder sin entrar en discusiones estériles?

Con mansedumbre y respeto (1 Pedro 3:15). Formular preguntas, exponer razones claras y reconocer límites. Si la conversación se torna agresiva, es sabio retirarse y orar.

¿La Biblia es “cuento de hadas”?

La Biblia se presenta como historia de redención enraizada en acontecimientos, genealogías, lugares y testigos. Sus afirmaciones llaman a un examen serio; descalificarla sin estudio es una forma de prejuicio intelectual.

Aplicación práctica para la vida diaria

Cada lector puede tomar pasos concretos: elegir cuidadosamente a quién dar atención, limitar el tiempo de exposición a mensajes que debilitan la fe, apoyar creadores que honran a Dios y cultivar disciplinas espirituales que fortalezcan el carácter. El objetivo no es aislarse del mundo, sino vivir en él con claridad, amor y verdad. Aun cuando figuras influyentes niegan la fe, el testimonio de una vida íntegra, compasiva y coherente sigue siendo la apología más persuasiva.

Conclusión

Las opiniones de celebridades pueden ser sonoras, pero no definitivas. Para el cristiano, la última palabra pertenece a Dios revelado en las Escrituras y en Jesucristo. Frente a frases que desprecian la fe, respondamos con convicciones firmes y corazones apacibles. Que nuestras palabras edifiquen, que nuestras decisiones reflejen sabiduría y que nuestra esperanza descanse no en la volatilidad de la fama, sino en la verdad que permanece para siempre.

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