No me desampares, oh Jehová

Como hijos de Dios, a veces enfrentamos situaciones muy difíciles y llegamos a pensar que Él no está cerca de nosotros. Incluso, en nuestra desesperación, algunos llegan a pecar contra Dios. Por eso, es crucial creer en Él y guardar Su palabra, ya que siempre nos acompaña y nunca nos abandona.

En este pasaje, el salmista David resalta las acciones equivocadas que cometió, reconociendo y humillándose ante el Dios todopoderoso.

Este salmo nos enseña valiosas lecciones. Aunque David pudiera estar en paz, siempre presentaba súplicas ante el Señor, expresando gratitud y pidiendo que guiara sus pasos diariamente.

«¡No te alejes de mí, no me desampares!» Son las palabras de un hombre que cree que el Señor siempre vendrá en su ayuda.

No me desampares, oh Jehová;
Dios mío, no te alejes de mí.

Salmos 38:21

La confianza en el Señor nos brinda la esperanza para seguir adelante, superando los pensamientos que nos hacen dudar de Su protección. Dios siempre está a nuestro lado, y Su poder nos sostiene.

En nuestras oraciones, podemos hablar con nuestro Señor, pidiendo Su ayuda diaria y suplicando que no se aleje de nosotros, que no nos abandone. Nuestro socorro viene de Él. Hermanos y amigos que lean este artículo, aférrense al Señor y pídanle que permanezca cerca, que no los abandone.

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