Mantengamos un clamor que salga de nuestro corazón dirigido hacia nuestro Dios, pidiendo que Su misericordia nos acompañe cada día. Además, estemos pendientes a Su llamado y actuemos conforme a Su voluntad divina.
Dios escucha cada clamor que hacemos delante de Él, nos protege cada día, dándonos a entender que Su amor y su misericordia está con nosotros todos los días. Dios es grande y Su gran poder nos guarda donde quiera que nos encontremos.
Nuestro Dios, Rey eterno y poderoso, está atento a nuestras súplicas para ayudarnos y llevarnos de las manos por un camino libre.
Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío,
Porque a ti oraré.
Salmos 5:2
Este versículo es parte de una plegaria de David a Dios por protección. Para David era muy importante que Dios estuviera atento a sus súplicas, ya que la dependencia total de este hombre en todo su camino, pues era la de Dios, es por eso que el dice: Señor, está atento a mi clamor cuando a Ti ore.
Seamos pacientes delante de nuestro Dios y Rey, clamemos a Él y esperemos Su pronta respuesta dentro de Su voluntad. Dios está atento a tu llamado, Él es tu Rey y Señor Dios todopoderoso.