Hacer justicia y actuar de acuerdo a la justicia divina de Dios es muy bueno. Todo el que hace maldad y mala práctica de la justicia, tendrá su pago conforme a las obras que ha hecho.
Dios está en los cielos y nos observa día tras día, Él está viendo todo nuestro proceder delante de Sus ojos. Dios es grande en sabiduría y poder, nada se escapa de Él, porque Él tiene el control.
El mismo día a día te enseña que cada uno de los pasos que damos deben ser con mucho cuidado, no olvidando que no podemos ser injustos, porque no pasará mucho para que podamos recibir de lo que estamos dando.
Más el que hace injusticia, recibirá la injusticia que hiciere, porque no hay acepción de personas.
Colosenses 3:25
En el gran día del juicio final cada uno será juzgado conforme a sus obras sin importar la clase de persona que sea y eso lo recordamos al leer el versículo que acabamos de ver. No creas que porque perteneces a alguna raza o clase social vas a escapar de esto.
Todos somos iguales delante del Señor. Por eso debemos andar sabiamente, siendo justos y cumpliendo Su Palabra, para que en aquel gran día nos ponga a su derecha, con sus ovejas, y podamos estar con Él por toda la eternidad.