Es bueno conocer que el propósito de Dios es restaurar y hacer que todo florezca. Nuestro Dios tiene el control de todas las cosas.
En cuanto al pueblo de Israel, aquel pueblo que había sido librado de la esclavitud por Dios, después que salieron de Egipto, debían seguir adelante y continuar bajo la presencia y sabiduría de Dios llevando así las leyes y estatutos del Señor.
El pueblo tuvo muchos líderes, tuvo profetas que atendían al llamado de Dios, uno de ellos fue Jeremías, llamado por el Creador desde el vientre de su madre. Los sueños que comenzó a tener eran de advertencia hacia el pueblo.
El siguiente versículo nos muestra lo que el Señor le dice la pueblo a través del profeta Jeremías:
sino que cada cual morirá por su propia maldad; los dientes de todo hombre que comiere las uvas agrias, tendrán la dentera.
Jeremías 31:30
El versículo que acabamos de ver nos recuerda algo muy importante y es que en aquel gran día, cada quien responderá por sus propios actos. Los líderes de nuestras iglesias están para aconsejarnos y ayudarnos, pero al final, la salvación es individual, es decir, la búsqueda de Dios y el andar correctamente es algo personal, tú no puedes desviarte de los caminos porque viste algún defecto en tu líder o iglesia.
Nuestro comportamiento hace que el pecado traiga la muerte a nuestras vidas. Hermanos, muchas veces el pueblo de Dios se portaba muy mal y por la misericordia de Dios no llegaba juicio a ellos, pero vemos esta advertencia que hace el profeta Jeremías, que cada quien sufriría la consecuencia de sus actos.
Tomemos esta advertencia en consideración, actuemos según los mandatos y sigamos con un buen comportamiento delante de nuestro Dios.