Esta pandemia ha desatado muchísimas cosas, ha sacado la parte creativa de muchas personas, ha hecho que muchos que no usaban las redes sociales para predicar, hoy hagan lives para transmitir predicaciones a través de las redes sociales.
Pero hay que tener cuidado hasta qué punto esa creatividad puede llegar. Ejemplo, es fácil seguir predicando o cantando a través de la internet, pero, ¿qué pasa con esos sacerdotes que rocían agua bendita sobre sus fieles? ¿Cómo pueden continuar con tal práctica en plena cuarentena?