En el capítulo 4 del libro de Job, podemos ver las palabras de Elifaz, quien hace un comentario hacia Job. En su observación, podemos notar que él cree que Job sufría algunas consecuencias porque había arrastrado pecado o que en él había iniquidad. Sin embargo, estaba equivocado en sus palabras.
Hay pruebas, como en el caso de Job, que son muy duras. Sabemos que estas pueden ser tan fuertes que pensamos en renunciar a todo, pero por eso tenemos la esperanza que está en las manos de nuestro Dios. Debemos recordar que Dios nunca abandonó a este hombre que estaba pasando por momentos muy difíciles.
Los que son justos y rectos delante del Señor no serán alcanzados por la ira de Dios ni consumidos, porque no han cometido iniquidad.
Perecen por el aliento de Dios,
Y por el soplo de su ira son consumidos.
Job 4:9
Una persona que escucha el mensaje del Señor y se deja guiar por Él, y no actúa bajo su propia opinión, persevera y no acarrea mal en su camino. A este, Dios siempre le cuida y le pone en alto. Ante todo, sé fiel a Aquel que es fiel en todo, y que todo lo que da y hace es bueno.
Oremos al Señor para que cuide nuestros corazones. Que, cuando esa prueba llegue a nuestras vidas, podamos hablar con nuestro Dios para que nos fortalezca en todo nuestro proceso. Hermanos en Cristo, confiemos en Aquel que es nuestro Dios y fiel.