El evangelio según San Mateo, en su capítulo 4, nos habla de cómo Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Allí estuvo después de haber ayunado durante cuarenta días y cuarenta noches.
El Maestro tuvo hambre, y es por eso que el diablo le dijo que convirtiera las piedras en pan, pero Jesús le dio una contundente respuesta, dejando en claro que no iba a hacer lo que el diablo quería que Él hiciese.
Más adelante el diablo llevó Jesús al pináculo del templo y le pidió que se arrojase porque la Escritura dice claramente: «A sus ángeles mandará acerca de ti, para que no tropieces con tu pie en piedra». Pero Jesús le respondió que en la Escritura también habla de no tentar a Dios.
Finalmente el diablo llevó a Jesús a un monte bien alto y le mostró diferentes reinos y la gloria de ellos y le dijo que le entregaría todo eso si lo adoraba de rodillas. El verso 7 de Mateo 4 nos muestra la respuesta de Jesús que hizo que finalmente se alejara y lo dejara en paz:
Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.
Mateo 4:10
Luego llegaron ángeles a servir al Señor. Esto nos da una enseñanza clara y es que aunque los placeres y deseos de este mundo puedan parecernos muy atractivos, Dios nos puede ayudar en cualquier prueba que tengamos.
Debemos tener la valentía y el coraje de resistir al diablo y a los deseos de este mundo, y el diablo huirá de nosotros, Aquel que venció la muerte estará con nosotros para también obtener esa gran victoria. Dios te bendiga.