En el capítulo 1, verso 28 del libro de Isaías, Dios se revela como el grande y poderoso, prometiendo un día de juicio para aquellos malvados y perversos que han hecho la guerra a Su pueblo.
Los malvados serán sacudidos, como se sacude el trigo para desechar la basura. Aquellos que acusan y maltratan al pueblo del Señor serán quebrantados, y también aquellos que se han apartado del Señor recibirán castigo.
En este capítulo, Dios llama a Judá a entender que Su poder es grande y que él es un Dios de justicia que quebrantará a todos los que hagan guerra contra su pueblo.
Pero los rebeldes y pecadores a una serán quebrantados, y los que dejan a Jehová serán consumidos.
Isaías 1:28
Estas promesas de cuidar y proteger a Su pueblo permanecen firmes, y el Señor nos habla de una mejor vida para todos aquellos que sean justos. Pero también advierte que aquellos que se aparten recibirán juicio y serán quebrantados.
El pueblo de Judá tenía un problema: se estaban poniendo en contra de Aquel que los defendía. Es por eso que aquellos que abandonen al Señor serán consumidos y quebrantados, al igual que aquellos que estén en contra de Dios.
Recordemos claramente que debemos permanecer firmes en el Señor y no asociarnos con los impíos y pecadores, porque si hacemos lo que ellos hacen, entonces seremos quebrantados y consumidos por el Dios todopoderoso.